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Al Músico principal: Salmo de David.
BIENAVENTURADO el que piensa en el pobre: en el día malo lo librará el SEÑOR.
El SEÑOR lo guarde, y le dé vida: sea bienaventurado en la tierra, y no lo entregues a la voluntad de sus enemigos.
El SEÑOR lo sustentará sobre el lecho del dolor: mullirás toda su cama en su enfermedad.
Yo dije: SEÑOR, ten miseri­cordia de mí; sana mi alma, por­que contra ti he pecado.
Mis enemigos dicen mal de mí preguntando: ¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?
Y si venía a verme, hablaba mentira: su corazón se amonto­naba iniquidad; y salido fuera, hablábala.
Reunidos murmuraban contra mí todos los que me aborrecían: contra mí pensaban mal, dicien­do de mí: 8 Cosa pestilencial, dicen, se le ha pegado; y el que cayó en cama, no volverá a levantarse.
Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el cal­cañar.
10 Mas tú, oh SEÑOR, ten miseri­cordia de mí, y hazme levantar, y daréles el pago.
11 En esto habré conocido que te he agradado, que mi enemigo no se holgará de mí.
12 En cuanto a mí, en mi integri­dad me has sustentado, y me has hecho estar delante de ti para siempre.
13 Bendito sea el SEÑOR, el Dios de Israel, por siempre jamás. Amén y Amén.