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Y VOLVÍMOS, y subimos camino de Basán, y saliónos al encuentro Og rey de Basán para pelear, él y todo su pueblo, en Edrei.
Y díjome el SEÑOR: No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado a él y a todo su pueblo, y su tierra: y harás con él como hiciste con Sehón rey amorreo, que habitaba en Hesbón.
Y el SEÑOR nuestro Dios entregó también en nuestra mano a Og rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual herimos hasta no quedar de él ninguno.
Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos: sesenta ciuda­des, toda la tierra de Argob, del reino de Og en Basán.
Todas éstas eran ciudades for­talecidas con alto muro, con puertas y barras; sin otras muy muchas ciudades sin muro.
Y destruímoslas, como hicimos a Sehón rey de Hesbón, destru­yendo en toda ciudad hombres, mujeres, y niños.
Y tomamos para nosotros todas las bestias, y los despojos de las ciudades.
También tomamos en aquel tiempo de mano de dos reyes amorreos que estaban de esta parte del Jordán, la tierra desde el arroyo de Arnón hasta el monte de Hermón:
(Los sidonios llaman a Hermón Sirión; y los amorreos, Senir:)
10 Todas las ciudades de la lla­nura, y todo Galaad, y todo Basán hasta Salca y Edrei, ciu­dades del reino de Og en Basán.
11 Porque sólo Og rey de Basán había quedado de los gigantes que quedaron. He aquí su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón?; la longitud de ella de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, al codo de un hom­bre.
12 Y esta tierra que heredamos entonces desde Aroer, que está al arroyo de Arnón, y la mitad del monte de Galaad con sus ciuda­des, di a los rubenitas y a los gaditas:
13 Y el resto de Galaad, y todo Basán, del reino de Og, dílo a la media tribu de Manasés; toda la tierra de Argob, todo Basán, que se llamaba la tierra de los gigan­tes.
14 Jair hijo de Manasés tomó toda la tierra de Argob hasta el término de Gesur y Maacati; y llamóla de su nombre Basán­Havot-jair, hasta hoy.
15 Y a Maquir di a Galaad.
16 Y a los rubenitas y gaditas di de Galaad hasta el arroyo de Arnón, el medio del arroyo por término; hasta el arroyo de Jaboc, término de los hijos de Amón:
17 Asimismo la campiña, y el Jordán, y el término, desde Cineret hasta el mar del llano, el mar Salado, las vertientes abajo del Pisga al oriente.
18 Y os mandé entonces, dicien­do: el SEÑOR vuestro Dios os ha dado esta tierra para que la poseáis: pasaréis armados delan­te de vuestros hermanos los hijos de Israel todos los valientes.
19 Solamente vuestras esposas, vuestros niños, y vuestros gana­dos, (yo sé que tenéis mucho ganado,) quedarán en vuestras ciudades que os he dado,
20 Hasta que el SEÑOR dé reposo a vuestros hermanos, así como a vosotros, y hereden tam­bién ellos la tierra que el SEÑOR vuestro Dios les da a la otra parte del Jordán: entonces os volveréis cada uno a su heredad que yo os he dado.
21 Mandé también a Josué entonces, diciendo: Tus ojos vie­ron todo lo que el SEÑOR vues­tro Dios ha hecho a aquellos dos reyes: así hará el SEÑOR a todos los reinos a los cuales pasarás tú.
22 No los temáis; que el SEÑOR vuestro Dios, él es el que pelea por vosotros.
23 Y oré al SEÑOR en aquel tiempo, diciendo:
24 Oh Señor DIOS, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano fuerte: porque ¿qué Dios hay en el cielo o en la tierra que haga según tus obras, y según tus valentías?
25 Pase yo, ruégote, y vea aque­lla tierra buena, que está a la parte allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano.
26 Mas el SEÑOR se había eno­jado contra mí por causa de vosotros, por lo cual no me oyó: y díjome el SEÑOR: Bástate, no me hables más de este negocio.
27 Sube a la cumbre del Pisga, y alza tus ojos al occidente, y al norte, y al sur, y al oriente, y ve por tus ojos: porque no pasarás este Jordán.
28 Y manda a Josué, y anímalo, y confórtalo; porque él ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás.
29 Y paramos en el valle delante de Bet-peor.