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Un cántico para los peregrinos que van a Jerusalén. Un salmo de David.
Me alegré cuando me dijeron, “Vamos a la casa del Señor”.
Ahora estamos de pie dentro de tus puertas, Jerusalén!
Jerusalén está construida como una ciudad en la que el pueblo puede reunirse.* “El pueblo puede reunirse”, o, “que estén cerca unos de otros”.
Todas las tribus del Señor suben allí, siguiendo la orden dada a Israel para agradecer al Señor.
Aquí es donde los tronos son colocados, donde los mandamientos son dados, los tronos de la casa de David.
Oren para que Jerusalén pueda estar en paz. Que todos los que aman a Jerusalén permanezcan a salvo.
Que allá paz dentro de tus muros, y seguridad dentro de tu fortaleza.
En nombre de mi familia y amigos, diré ahora, “Que estés en paz”.
En nombre de la casa de Jehová nuestro Dios, oraré para que siempre les vaya bien.

*122.3 “El pueblo puede reunirse”, o, “que estén cerca unos de otros”.