11
1 Sucedió que la segunda noche vi un sueño, y he aquí que un águila que tenía doce alas de plumas y tres cabezas subía del mar.
2 Vi, y he aquí que ella extendía sus alas sobre toda la tierra, y todos los vientos del cielo soplaban sobre ella, y las nubes se juntaban contra ella.
3 Vi, y de sus alas crecieron otras alas cerca de ellas; y se convirtieron en alas pequeñas y diminutas.
4 Pero sus cabezas estaban en reposo. La cabeza del medio era más grande que las otras cabezas, pero descansaba con ellas.
5 Además vi, y he aquí que el águila volaba con sus alas para reinar sobre la tierra y sobre los que la habitan.
6 Vi cómo todas las cosas bajo el cielo se sometían a ella, y nadie hablaba contra ella, ni una sola criatura en la tierra.
7 Vi, y he aquí que el águila se levantó sobre sus garras y dio su voz a sus alas, diciendo:
8 “No veléis todos al mismo tiempo. Que cada uno duerma en su sitio y vele por turnos;
9 pero que las cabezas se guarden para los últimos.”
10 Vi, y he aquí que la voz no salía de sus cabezas, sino de en medio de su cuerpo.
11 Conté sus alas que estaban cerca de las otras, y he aquí que eran ocho.
12 Vi, y he aquí que a la derecha se levantó un ala y reinó sobre toda la tierra.
13 Cuando reinó, llegó su fin y desapareció, de modo que su lugar no apareció más. La siguiente ala se levantó y reinó, y reinó mucho tiempo.
14 Sucedió que cuando reinó, también llegó su fin, de modo que desapareció, como la primera.
15 He aquí que una voz se dirigió a ella y dijo:
16 “¡Escucha, tú que has gobernado la tierra todo este tiempo! Te anuncio esto, antes de que desaparezcas,
17 ninguno después de ti reinará tanto tiempo como tú, ni siquiera la mitad”.
18 Entonces se levantó el tercero, y gobernó como los anteriores, y también desapareció.
19 Así fue con todas las alas, una tras otra, como cada una gobernaba, y luego desapareció.
20 Vi, y he aquí que con el tiempo las alas que le seguían se colocaron en el lado derecho de, para gobernar también. Algunos de ellos gobernaban, pero al cabo de un tiempo desaparecieron.
21 Algunas de ellas también se establecieron, pero no gobernaron.
22 Después de esto vi, y he aquí que las doce alas desaparecieron, junto con dos de las alitas.
23 Ya no quedaba nada en el cuerpo del águila, excepto las tres cabezas que descansaban y las seis alas pequeñas.
24 Vi, y he aquí que dos alitas se separaron de las seis y quedaron debajo de la cabeza que estaba a la derecha; pero cuatro quedaron en su lugar.
25 Vi, y he aquí que estas bajo las alas planeaban erigirse y gobernar.
26 Vi, y he aquí que uno se erigió, pero al poco tiempo desapareció.
27 Un segundo también lo hizo, y desapareció más rápido que el primero.
28 Vi, y he aquí que los dos que quedaban también planeaban entre ellos reinar.
29 Mientras pensaban en ello, he aquí que una de las cabezas que estaban en reposo se despertó, la que estaba en el medio, pues era más grande que las otras dos.
30 Vi cómo se unía a las otras dos cabezas.
31 He aquí que la cabeza se volvió con los que estaban con ella, y se comió a los dos bajo las alas que planeaban reinar.
32 Pero esta cabeza tenía en su poder toda la tierra y gobernaba con mucha opresión a los que la habitaban. Tenía un gobierno más fuerte sobre el mundo que todas las alas anteriores.
33 Después de esto vi, y he aquí que también la cabeza que estaba en medio desapareció de repente, como las alas.
34 Pero quedaron las dos cabezas, que también reinaban de la misma manera sobre la tierra y sobre los que la habitan.
35 Vi, y he aquí que la cabeza que estaba a la derecha devoraba a la que estaba a la izquierda.
36 Entonces oí una voz que me decía: “Mira delante de ti y considera lo que ves”.
37 Vi, y he aquí que algo parecido a un león salió del bosque rugiendo. Oí cómo enviaba una voz de hombre al águila y hablaba diciendo:
38 “Escucha y hablaré contigo. El Altísimo te dirá:
39 “¿No eres tú el que queda de los cuatro animales que hice reinar en mi mundo, para que por medio de ellos llegara el fin de mis tiempos?
40 El cuarto vino y venció a todos los animales pasados, y gobernó el mundo con gran temblor, y toda la extensión de la tierra con penosa opresión. Vivió en la tierra tanto tiempo con engaño.
41 Has juzgado la tierra, pero no con la verdad.
42 Porque has afligido a los mansos, has herido a los pacíficos, has odiado a los que dicen la verdad, has amado a los mentirosos, has destruido las moradas de los que producían frutos y has derribado los muros de los que no te hacían daño.
43 Tu insolencia ha llegado hasta el Altísimo, y tu orgullo hasta el Poderoso.
44 El Altísimo también ha mirado sus tiempos, y he aquí que han terminado, y sus edades se han cumplido.
45 Por lo tanto, no aparezcas más, águila, ni tus horribles alas, ni tus pequeñas alas malignas, ni tus crueles cabezas, ni tus hirientes garras, ni todo tu cuerpo sin valor,
46 para que toda la tierra se refresque y se alivie, siendo liberada de tu violencia, y para que espere el juicio y la misericordia del que la hizo.’ ”