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El reino del Mesías
1 Acontecerá en los últimos días que la Montaña de la Casa de Yavé será establecida como cabeza de las montañas y exaltada sobre las colinas. Los pueblos correrán a ella.
2 Muchas naciones irán allí y dirán: Vengan, subamos a la Montaña de Yavé, a la Casa del ʼElohim de Jacob. Él nos enseñará sus caminos, y nosotros andaremos en sus sendas. Porque la Ley saldrá de Sion, y de Jerusalén, la Palabra de Yavé.
3 Él juzgará entre muchos pueblos y decidirá para naciones poderosas y distantes. Convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en podaderas. No levantará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.
4 Cada uno se sentará debajo de su vid y de su higuera. No habrá quién los atemorice, porque habló la boca de Yavé de las huestes.
5 Aunque todos los pueblos caminan, cada uno en el nombre de su ʼelohim, nosotros caminaremos en el nombre de Yavé, nuestro ʼElohim para siempre jamás.
6 En aquel día reuniré a la que cojea, traeré a la descarriada y a aquellas que afligí, dice Yavé.
7 Haré un remanente con las que cojean, y una nación poderosa con las descarriadas. Yavé reinará sobre ellas en la Montaña Sion desde entonces y para siempre.
8 Y tú, oh torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sion, a ti llegará, sí, a ti viene el dominio anterior, el reino de la ciudad de Jerusalén.
9 Y ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció tu consejero? ¿Te sorprendió el dolor como a mujer que da a luz?
10 Sufre dolor y gime, oh hija de Sion, como mujer que da a luz, porque ahora saldrás de la ciudad y vivirás en el campo. Irás a Babilonia y allí serás librada. Allí Yavé te librará de la mano de tus enemigos.
11 Pero ahora muchas naciones se reúnen contra ti y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos a Sion.
12 Pero no conocen los pensamientos de Yavé, ni comprenden sus designios, por los cuales los reúne como gavillas en la era.
13 ¡Levántate y trilla, oh hija de Sion! Porque haré tu cuerno como el hierro y tus cascos como el bronce, para que destroces a muchos pueblos, y consagres sus despojos a Yavé y sus riquezas al ʼAdonay de toda la tierra.