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El Rey de paz
¡Reúnete ahora en tropas, oh hija de guerreros! Fuimos sitiados. Con vara herirán en la mejilla al Juez de Israel.
Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Gobernante en Israel, cuyos procedimientos son desde el principio, desde los días de la eternidad. Pero los abandonará hasta el tiempo cuando a luz la que va a dar a luz, y vuelva el resto de sus hermanos a reunirse con los hijos de Israel. Él se levantará y apacentará con el poder de Yavé, con la majestad del Nombre de Yavé, su ʼElohim. Ellos permanecerán, porque entonces serán engrandecidos hasta los fines de la tierra.
Éste será nuestra paz. Si Asiria se atreve a invadir nuestra tierra, si trata de pisotear nuestros palacios, la enfrentaremos siete pastores y ocho líderes de hombres, los cuales devastarán a espada la tierra de Asiria y la tierra de Nimrod en sus puertas. Él nos librará del asirio cuando ataque nuestra tierra, cuando pisotee nuestro territorio.
El remanente de Jacob estará en medio de muchos pueblos como el rocío de Yavé, como la lluvia que a nadie espera sobre la hierba, ni pone su esperanza en los hijos de hombres. El remanente de Jacob estará entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como el león entre las bestias del campo, como el cachorro de león en medio de rebaños de ovejas, las cuales, si pasa, arrebata y desgarra, sin que alguna escape. ¡Levanta tu mano contra tus adversarios, y serán todos destruidos!
10 Aquel día, dice Yavé, eliminaré tus caballos de en medio de ti, y destruiré tus carruajes. 11 También destruiré las ciudades de tu tierra y derribaré todas tus fortalezas. 12 Cortaré de tu mano las hechicerías y no tendrás más adivinos. 13 Haré destruir tus imágenes talladas y tus piedras rituales en medio de ti. Nunca más te inclinarás ante la obra de tus manos. 14 Arrancaré tus Aseras de en medio de ti, y destruiré tus ciudades. 15 Ejecutaré venganza con ira y furor contra las naciones que no obedecieron.