1 Asimismo vosotras, mujeresA 1 Ped 3:7, estad sujetas a vuestros maridosB Ef 5:22; Col 3:18, de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeresC 1 Cor 9:19 2 al observar vuestra conducta casta y respetuosa1 Lit., temerosa. 3 Y que vuestro adorno no sea externoA Isa 3:18 y sig.; 1 Tim 2:9: peinados ostentosos1 Lit., cabello trenzado, joyas de oro o vestidos lujosos, 4 sino que sea el yo interno1 Lit., la persona oculta en el corazónA Rom 7:22, con el adorno2 O, la cualidad incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios. 5 Porque así también se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en DiosA 1 Tim 5:5; 1 Ped 1:3, estando sujetas a sus maridos. 6 Así obedeció Sara a Abraham, llamándolo señorA Gén 18:12, y vosotras habéis llegado a ser hijas de ella, si hacéis el bien y no estáis amedrentadas por ningún temorB 1 Ped 3:14.

7 Y vosotros, maridosA Ef 5:25; Col 3:19, igualmente, convivid de manera comprensiva1 O, con conocimiento, o, sabiamente con vuestras mujeres, como con un vaso más frágilB 1 Tes 4:4, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas.

8 En conclusión, sed todos de un mismo sentir1 O, tened todos armoníaA Rom 12:16, compasivos, fraternalesB 1 Ped 1:22, misericordiososC Ef 4:32 y de espíritu humildeD Ef 4:2; Fil 2:3; 1 Ped 5:5; 9 no devolviendo mal por malA Rom 12:17; 1 Tes 5:15, o insulto por insultoB 1 Cor 4:12; 1 Ped 2:23, sino más bien bendiciendoC Luc 6:28; Rom 12:14; 1 Cor 4:12, porque fuisteis llamadosD 1 Ped 2:21 con el propósito de heredar bendiciónE Gál 3:14; Heb 6:14; 12:17. 10 Pues

13 ¿Y quién os podrá hacer daño si demostráis tener celo por lo buenoA Prov 16:7? 14 Pero aun si sufrís por causa de la justiciaA Sant 5:11, dichosos soisB Mat 5:10; 1 Ped 2:19 y sig.; 4:15, 16. Y no os amedrenteis por temor a ellos1 Lit., no temáis su temor ni os turbeisC Isa 8:12, 13; 1 Ped 3:6, 15 sino santificad a Cristo como SeñorA 1 Ped 1:3 en vuestros corazones, estando siempre preparados para presentar defensaB Col 4:6 ante todo el que os demande razón de1 O, para la esperanza que hay en vosotrosC 1 Ped 1:3, pero hacedlo con mansedumbreD 2 Tim 2:25 y reverencia2 O, temorE 1 Ped 1:17; 16 teniendo buena concienciaA 1 Tim 1:5; Heb 13:18; 1 Ped 3:21, para que en aquello en que sois calumniadosB 1 Ped 2:12, 15, sean avergonzados los que difaman vuestra buena conducta en Cristo. 17 Pues es mejorA 1 Ped 2:20; 4:15, 16 padecer por hacer el bien, si así es la voluntad de DiosB Hech 18:21; 1 Ped 1:6; 2:15; 4:19, que por hacer el mal. 18 Porque también Cristo murió1 Algunos mss. antiguos dicen: sufrió por los pecadosA 1 Ped 2:21 una sola vezB Heb 9:26, 28; 10:10, el justo por los injustos, para llevarnos a DiosC Rom 5:2; Ef 3:12, muerto en la carneD Col 1:22; 1 Ped 4:1 pero vivificado en el espíritu2 O, EspírituE 1 Ped 4:6; 19 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarceladosA 1 Ped 4:6, 20 quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la paciencia de DiosA Rom 2:4 esperaba en los días de NoéB Gén 6:3, 5, 13, 14, durante la construcción del arcaC Heb 11:7, en la cual unos pocos, es decir, ochoD Gén 8:18; 2 Ped 2:5 personasE Hech 2:41; 1 Ped 1:9, 22; 2:25; 4:19, fueron salvadas por medio del agua. 21 Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora os salvaA Hech 16:33; Tito 3:5 (no quitando la suciedad de la carneB Heb 9:14; 10:22, sino como una petición a Dios de una buena concienciaC 1 Tim 1:5; Heb 13:18; 1 Ped 3:16) mediante la resurrección de JesucristoD 1 Ped 1:3, 22 quien está a la diestra de DiosA Mar 16:19, habiendo subido1 Lit., ido al cieloB Heb 4:14; 6:20 después de que le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestadesC Rom 8:38, 39; Heb 1:6.