14
Joab y la mujer de Tecoa
Joab, hijo de Sarvia, comprendió que el corazón del rey se inclinaba hacia AbsalónA 2 Sam 13:39. Y Joab envió a TecoaA 2 Sam 23:26; 2 Crón 11:6; Amós 1:1 a traer1 Lit., y tomó a una mujer sabia de allí, y le dijo: Te ruego que finjas estar de duelo, te pongas ahora ropas de luto y no te unjas con óleo, sino pórtate como una mujer que por muchos días ha estado de duelo por un muertoB 2 Sam 12:20; después ve al rey y háblale de esta manera. Y Joab puso las palabras en su bocaA 2 Sam 14:19.
Cuando la mujer de Tecoa habló1 Muchos mss. y versiones antiguas dicen: vino al rey, cayó sobre su rostro en tierra, y postrándoseA 1 Sam 25:23, dijo: ¡Socorro, oh reyB 2 Rey 6:26-28! Y el rey le dijo: ¿Qué te sucede? Y ella respondió: Ciertamente soy viuda, pues mi marido ha muerto. Tu sierva tenía dos hijos; lucharon entre sí en el campo, y no habiendo quien los apartara1 Lit., libertador entre ellos, uno hirió al otro y lo mató. Y he aquí que toda la familia se ha levantado contra tu sierva, y dicen: “Entrega al que hirió a su hermano, para que le demos muerte por la vida de su hermano a quien matóA Núm 35:19; Deut 19:12, 13, y destruyamos al heredero tambiénB Mat 21:38.” Así extinguirán el ascua que me queda, no dejando1 Lit., no poniendo a mi marido nombre ni remanente sobre la faz de la tierra.
Respondió el rey a la mujer: Ve a tu casa, y daré órdenes respecto a ti. Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Oh rey mi señorA Gén 43:9; 1 Sam 25:24, la iniquidad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre, pero el rey y su trono sean sin culpaB 1 Rey 2:33. 10 Entonces el rey dijo: Cualquiera que te hable, tráemelo, y no te molestará más. 11 Y ella dijo: Te ruego, oh rey, que te acuerdes del Señor tu Dios, para que el vengador de sangre no aumente el dañoA Núm 35:19, 21; Deut 19:4-10, no sea que destruya a mi hijo. Y él dijo: Vive el Señor, ni un pelo de tu hijo caerá a tierraB 1 Sam 14:45; 1 Rey 1:52; Mat 10:30.
12 Dijo entonces la mujer: Permite que tu sierva diga una palabra a mi señor el rey. Y él dijo: Habla. 13 Y la mujer dijo: ¿Por qué, pues, has pensado tal cosa contra el pueblo de DiosA 2 Sam 12:7; 1 Rey 20:40-42? Porque al decir esta palabra, el rey se hace como uno que es culpable, ya que el rey no hace volver a su desterradoB 2 Sam 13:37, 38. 14 Pues ciertamente moriremosA Job 30:23; 34:15; Heb 9:27; somos como el agua derramadaB Sal 58:7 en tierra que no se vuelve a recoger. Pero Dios no quita la vida, sino designa medios para que el desterrado no sea alejado de élC Núm 35:15, 25, 28. 15 Ahora, la razón por la cual1 Lit., Y ahora que he venido a decir esta palabra a mi señor el rey, es porque el pueblo me ha atemorizado; por eso tu sierva se dijo: “Hablaré ahora al rey, tal vez el rey cumpla la petición2 Lit., palabra de su sierva. 16 “Pues el rey oirá y librará1 Lit., para librar a su sierva de mano2 Lit., palma del hombre que destruiría a ambos3 Lit., juntos, a mí y a mi hijo, de la heredad de DiosA Deut 32:9; 1 Sam 26:19.” 17 Se dijo además tu sierva: “Sea consuelo1 Lit., para descanso la palabra de mi señor el rey, pues como el ángel de Dios, así es mi señor el rey para discernir el bienA 1 Sam 29:9; 2 Sam 14:20; 19:27 y el mal. ¡Que el Señor tu Dios sea contigo!”
18 Respondió el rey y dijo a la mujer: Te ruego que no me ocultes nada de lo que voy a preguntarte. Y la mujer dijo: Hable mi señor el rey. 19 Y el rey dijo: ¿Está contigo la mano de Joab en todo esto? Y la mujer respondió y dijo: Vive tu alma, mi señor el rey, nadie puede desviarse ni a la derecha ni a la izquierda de todo lo que mi señor el rey ha hablado. En verdad fue tu siervo Joab quien me mandó, y fue él quien puso todas estas palabras en boca de tu siervaA 2 Sam 14:3; 20 tu siervo Joab ha hecho esto con el fin de cambiar el aspecto de las cosas. Pero mi señor es sabio, como con la sabiduría del ángel de DiosA 2 Sam 14:17; 19:27, para saber todo lo que hay en la tierra.
Regreso de Absalón
21 Entonces el rey dijo a Joab: He aquí, ciertamente ahora haré esto; ve y trae al joven AbsalónA 2 Sam 14:11. 22 Joab cayó rostro en tierra, y postrándose, bendijo al rey; entonces Joab dijo: Oh rey mi señor, hoy tu siervo sabe que he hallado gracia ante tus ojos, puesto que el rey ha concedido la petición1 Lit., palabra de su siervo. 23 Joab se levantó, fue a Gesur y trajo a AbsalónA Deut 3:14; 2 Sam 13:37, 38 a Jerusalén. 24 Pero el rey dijo: Que vuelva a su casa y no vea mi rostro. Y AbsalónA 2 Sam 13:20 volvió a su casa, y no vio el rostro del rey.
25 En todo Israel no había nadie tan bien parecido ni tan celebrado como Absalón; desde la planta de su pie hasta su coronilla no había defecto en élA Deut 28:35; Job 2:7; Isa 1:6. 26 Cuando se cortaba el cabelloA Ezeq 44:20 (y era al final de cada año que se lo cortaba, pues le pesaba mucho y por eso se lo cortaba), el cabello pesaba doscientos siclos1 Un siclo equivale aprox. a 11.4 gramos según el peso real. 27 Y a Absalón le nacieron tres hijosA 2 Sam 18:18 y una hija que se llamaba Tamar; era ella una mujer de hermosa aparienciaB 2 Sam 13:1.
28 Absalón residió dos años completos en Jerusalén sin ver el rostro del reyA 2 Sam 14:24. 29 Entonces Absalón mandó a buscar a Joab para enviarlo al rey, pero él no quiso venir. Y por segunda vez envió por él, pero no quiso venir. 30 Dijo, pues, a sus siervos: Mirad, el campo1 Lit., la porción de Joab está junto al míoA Jue 15:3-5, y allí tiene cebada; id y prendedle fuego. Y los siervos de Absalón prendieron fuego al campo2 Lit., a la porción. 31 Entonces Joab se levantó, vino a la casa de Absalón y le dijo: ¿Por qué tus siervos han prendido fuego a mi campo1 Lit., porción? 32 Y Absalón respondió a Joab: He aquí, envié por ti, diciendo: “Ven acá, para enviarte al rey a decirle: ‘¿Para qué vine de Gesur? Mejor me hubiera sido estar aún allá.’ ” Ahora pues, vea yo el rostro del rey; y si hay iniquidad en mí, que me dé muerteA 1 Sam 20:8; Prov 28:13. 33 Cuando Joab vino al rey y se lo hizo saber, éste llamó a Absalón, y éste vino ante el rey y se postró sobre su rostro en tierra delante del rey. Y el rey besó a AbsalónA Gén 33:4; Luc 15:20.

A14:1: 2 Sam 13:39

A14:2: 2 Sam 23:26; 2 Crón 11:6; Amós 1:1

114:2: Lit., y tomó

B14:2: 2 Sam 12:20

A14:3: 2 Sam 14:19

114:4: Muchos mss. y versiones antiguas dicen: vino

A14:4: 1 Sam 25:23

B14:4: 2 Rey 6:26-28

114:6: Lit., libertador entre ellos

A14:7: Núm 35:19; Deut 19:12, 13

B14:7: Mat 21:38

114:7: Lit., no poniendo

A14:9: Gén 43:9; 1 Sam 25:24

B14:9: 1 Rey 2:33

A14:11: Núm 35:19, 21; Deut 19:4-10

B14:11: 1 Sam 14:45; 1 Rey 1:52; Mat 10:30

A14:13: 2 Sam 12:7; 1 Rey 20:40-42

B14:13: 2 Sam 13:37, 38

A14:14: Job 30:23; 34:15; Heb 9:27

B14:14: Sal 58:7

C14:14: Núm 35:15, 25, 28

114:15: Lit., Y ahora que

214:15: Lit., palabra

114:16: Lit., para librar

214:16: Lit., palma

314:16: Lit., juntos

A14:16: Deut 32:9; 1 Sam 26:19

114:17: Lit., para descanso

A14:17: 1 Sam 29:9; 2 Sam 14:20; 19:27

A14:19: 2 Sam 14:3

A14:20: 2 Sam 14:17; 19:27

A14:21: 2 Sam 14:11

114:22: Lit., palabra

A14:23: Deut 3:14; 2 Sam 13:37, 38

A14:24: 2 Sam 13:20

A14:25: Deut 28:35; Job 2:7; Isa 1:6

A14:26: Ezeq 44:20

114:26: Un siclo equivale aprox. a 11.4 gramos

A14:27: 2 Sam 18:18

B14:27: 2 Sam 13:1

A14:28: 2 Sam 14:24

114:30: Lit., la porción

A14:30: Jue 15:3-5

214:30: Lit., a la porción

114:31: Lit., porción

A14:32: 1 Sam 20:8; Prov 28:13

A14:33: Gén 33:4; Luc 15:20