1 La palabra del Señor vino por segunda vez a Jonás: 2 “Levántate, ve a Nínive, la gran ciudadA Sof 2:13, y proclama en ella el mensaje que Yo te diréB Jer 1:17; Ezq 2:7.” 3 Y Jonás se levantó y fue a Nínive conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad muy grande1 Lit una ciudad grande para DiosA Jon 1:2; 4:11, de un recorrido de tres días. 4 Entonces Jonás comenzó a recorrer1 Lit entrar en la ciudad camino de un día, y proclamabaA Mat 12:41; Luc 11:32: “Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada.”

5 Entonces los habitantes de Nínive creyeron en Dios, y proclamaron ayunoA Dan 9:3; Joel 1:14 y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. 6 Cuando llegó la noticia al rey de Nínive, se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre cenizaA Est 4:1-4; Jer 6:26; Ezq 27:30, 31. 7 Y mandó proclamar y anunciar en Nínive, por decreto del rey y de sus grandes: “Ni hombre ni animales, ni buey ni oveja prueben cosa alguna. No dejen que pasten o beban aguaA 2 Cró 20:3; Esd 8:21; Jon 3:5. 8 Cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a DiosA Sal 130:1; Jon 1:6, 14 con fuerza, y vuélvase cada uno de su mal caminoB Isa 1:16-19; 55:6, 7; Jer 18:11 y de la violencia que hay en sus manos. 9 ¡Quién sabe! Quizá Dios se vuelva, se arrepienta y aparte el ardor de Su ira, y no perezcamosA 2 Sam 12:22; Joel 2:14.”

10 Cuando Dios vio sus acciones, que se habían apartado de su mal caminoA 1 Rey 21:27-29; Jer 31:18, entonces Dios se arrepintió del mal que había dicho que les haríaB Ex 32:14; Jer 18:8; Am 7:3, 6, y no lo hizo.