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Oposición de los Enemigos
1 1 En el texto Heb cap 3:33Cuando Sanbalat se enteróA Neh 2:10 de que estábamos reedificando la muralla, se enfureció y se enojó mucho. Y burlándose de los Judíos, 2 habló en presencia de sus hermanos y de los ricos1 O del ejército de SamariaA Esd 4:9, 10, y dijo: “¿Qué hacen estos débiles Judíos? ¿La restaurarán para sí mismos? ¿Podrán ofrecer sacrificios? ¿Terminarán en un día? ¿Harán revivir las piedras de los escombros polvorientosB Neh 4:10, aun las quemadas?” 3 Tobías el Amonita estaba cerca de él, y dijo: “Aun lo que están edificando, si un zorro saltara sobre elloA Lam 5:18, derribaría su muralla de piedra.”
4 Oye, oh Dios nuestro, cómo somos despreciadosA Sal 123:3, 4. Devuelve su oprobio sobre sus cabezasB Sal 79:12 y entrégalos por despojo en una tierra de cautividad. 5 No perdones su iniquidad, ni su pecado sea borrado de delante de TiA Sal 69:27, 28; Jer 18:23, porque han desmoralizado a los que edifican. 6 Y edificamos la muralla hasta que toda la muralla estaba unida hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar.
7 1 En el texto Heb cap 4:1Cuando Sanbalat, Tobías, los Arabes, los Amonitas y los de Asdod se enteraron que continuaba la reparación de las murallas de Jerusalén, que las brechas comenzaban a ser cerradas, se enojaron mucho. 8 Y todos ellos conspiraron juntosA Sal 83:3 para venir a luchar contra Jerusalén y causar disturbio en ella. 9 Entonces oramos a nuestro Dios, y para defendernos1 Lit y a causa de ellos montamos guardia contra ellosA Neh 4:11 de día y de noche. 10 Pero se decía en Judá:
“Desfallecen las fuerzas de los cargadores,
Y queda mucho escombro;
Nosotros no podemos
Reedificar la muralla.”
11 Y nuestros enemigos decían: “No sabrán ni verán hasta que entremos en medio de ellos y los matemos y hagamos cesar la obra.”
12 Así que cuando los Judíos que habitaban cerca de ellos vinieron y nos dijeron diez veces: “Subirán1 Así en la versión Gr (Sept.); el T.M. omite: subirán contra nosotros de todo lugar adonde ustedes se vuelvan,” 13 entonces aposté hombres en las partes más bajas del lugar, detrás de la muralla y en los sitios descubiertos; aposté al pueblo por familias con sus espadasA Neh 4:17, 18, sus lanzas y sus arcos. 14 Cuando vi su temor, me levanté y dije a los nobles, a los oficiales y al resto del pueblo: “No les tengan miedo. Acuérdense del Señor, que es grande y temibleA Núm 14:9; Dt 1:29, 30, y luchen por sus hermanos, sus hijos, sus hijas, sus mujeres y sus casasB 2 Sam 10:12.”
15 Sucedió que nuestros enemigos se enteraron que conocíamos sus propósitos y que Dios había desbaratado sus planesA 2 Sam 17:14; entonces todos nosotros volvimos a la muralla, cada uno a su trabajo. 16 Desde aquel día la mitad de mis hombres trabajaban en la obra mientras que la otra mitad portaba las lanzas, los escudos, los arcos y las corazas; y los capitanes estaban detrás de toda la casa de Judá. 17 Los que reedificaban la muralla y los que llevaban cargas llevaban la carga en una mano trabajando en la obra, y en la otra empuñaban un arma. 18 Cada uno de los que reedificaban tenía ceñida al lado su espada mientras edificaba. El que tocaba la trompeta estaba junto a mí. 19 Y dije a los nobles, a los oficiales y al resto del pueblo: “La obra es grande y extensa, y estamos separados en la muralla, lejos el uno del otro. 20 En el lugar que oigan el sonido de la trompeta, reúnanse allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotrosA Ex 14:14; Dt 1:30.”
21 Hacíamos el trabajo con la mitad empuñando lanzas desde el despuntar del alba hasta que salían las estrellas. 22 En aquel tiempo dije también al pueblo: “Cada hombre con su ayudante pase la noche dentro de Jerusalén, para que nos sirvan de centinela por la noche y de obrero por el día.” 23 Ni yo, ni mis hermanos, ni mis criados, ni los hombres de la guardia que me seguían, ninguno de nosotros se quitó la ropa; cada uno llevaba su arma aun en el agua1 Heb su arma al agua.