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1 Más que esto, incluso los instaron a este maltrato; de modo que no sólo despreciaron los dolores en sí mismos, sino que incluso sacaron lo mejor de sus afectos de amor fraternal.
2 ¡El razonamiento es más real que un rey, y más libre que los hombres libres!
3 ¡Qué sagrado y armonioso concierto de los siete parientes en cuanto a la piedad!
4 Ninguno de los siete jóvenes se acobardó ni rehuyó la muerte.
5 Pero todos ellos, como si corrieran el camino de la inmortalidad, se apresuraron a la muerte a través de las torturas.
6 Pues así como las manos y los pies se mueven con simpatía a las direcciones del alma, así esos santos jóvenes aceptaron la muerte por la religión, como por el alma inmortal de la religión.
7 ¡Oh, santos siete de armoniosa parentela! Pues como los siete días de la creación, en torno a la religión,
8 así los jóvenes, girando en torno al número siete, anularon el miedo a los tormentos.
9 Ahora nos estremecemos ante el relato de la aflicción de aquellos jóvenes; pero ellos no sólo vieron y no sólo oyeron la ejecución inmediata de la amenaza, sino que, sometiéndose a ella, perseveraron; y eso a través de las penas del fuego.
10 ¿Qué puede ser más doloroso? Porque el poder del fuego, siendo agudo y rápido, disolvió rápidamente sus cuerpos.
11 No te parezca maravilloso que el raciocinio dominara a aquellos hombres en sus tormentos, cuando incluso la mente de una mujer desprecia dolores más múltiples.
12 Pues la madre de aquellos siete jóvenes soportó los tormentos de cada uno de sus hijos.
13 Considera cuán amplio es el amor a la prole, que atrae a todos a la simpatía del afecto,
14 donde los animales irracionales poseen una simpatía y amor por sus crías similar a la de los hombres.
15 Los pájaros mansos que frecuentan los tejados de nuestras casas defienden a sus polluelos.
16 Otros construyen sus nidos, y empollan sus crías, en las cimas de las montañas y en los precipicios de los valles, y en los huecos y las copas de los árboles, y alejan al intruso.
17 Si no pueden hacer esto, vuelan en círculos alrededor de ellos en agonía de afecto, llamando en su propia nota, y salvan a sus crías de cualquier manera que puedan.
18 Pero, ¿por qué hemos de llamar la atención sobre la simpatía hacia los niños que muestran los animales irracionales?
19 Incluso las abejas, en la época de la producción de miel, atacan a todos los que se acercan, y atraviesan con su aguijón, como con una espada, a los que se acercan a su colmena, y los repelen hasta la muerte.
20 Pero la simpatía por sus hijos no apartó a la madre de los jóvenes, que tenía un espíritu afín al de Abraham.