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Eliseo y la Viuda
Y una mujer de las mujeres de los hijos de los profetasA 2 Rey 2:3 clamó a Eliseo, diciendo: “Su siervo, mi marido, ha muerto, y usted sabe que su siervo temía al Señor; y ha venido el acreedor a tomar a mis dos hijos para esclavos suyosB Lv 25:39-41, 48; 1 Sam 22:2; Neh 5:2-5.” Y Eliseo le dijo: “¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en casa.” Y ella respondió: “Su sierva no tiene en casa más que una vasija de aceiteA 1 Rey 17:12.”
Entonces Eliseo le dijo: “Ve, pide vasijas prestadas por todas partes de todos tus vecinos, vasijas vacías; no pidas pocas. Luego entra y cierra la puerta detrás de ti y de tus hijos y echas el aceite en todas estas vasijas, poniendo aparte las que estén llenas.” Y ella se fue de su lado, y cerró la puerta tras sí y de sus hijos; y ellos traían las vasijas y ella echaba el aceite. Cuando las vasijas estuvieron llenasA Mat 14:20, ella dijo a un hijo suyo: “Tráeme otra vasija.” Y él le dijo: “No hay más vasijas.” Y cesó el aceite. Entonces ella fue y se lo contó al hombre de DiosA 1 Rey 12:22. Y él le dijo: “Ve, vende el aceite y paga tu deuda, y tú y tus hijos pueden vivir de lo que quede.”
Eliseo y la Sunamita
Un día pasaba Eliseo por SunemA Jos 19:18, donde había una mujer distinguida, y ella lo persuadió a que comiera. Y sucedía que siempre que pasaba, entraba allí a comer. Y ella dijo a su marido: “Ahora entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es un santo hombre de DiosA 2 Rey 4:7. 10 Te ruego que hagamos un pequeño aposento alto, con paredes, y pongamos allí para él una cama, una mesa, una silla y un candelero; y cuando venga a nosotros, se podrá retirar allíA Mat 10:41, 42; 25:40; Rom 12:13.”
11 Y un día que Eliseo vino por allí, se retiró al aposento alto y allí se acostó. 12 Después dijo a Giezi su criadoA 2 Rey 4:29-31; 5:20-27; 8:4, 5: “Llama a esta Sunamita.” Y cuando la llamó, ella se presentó delante de él. 13 Entonces Eliseo le dijo a Giezi: “Dile ahora: ‘Ya que te has preocupado por nosotros con todo este cuidado1 Lit temor, ¿qué puedo hacer por ti? ¿Quieres que hable por ti al rey o al jefe del ejército?’ ” Y ella respondió: “Yo vivo en medio de mi pueblo2 Lit mis parientes.” 14 Eliseo entonces preguntó: “¿Qué, pues, se puede hacer por ella?” Y Giezi respondió: “En verdad ella no tiene ningún hijo y su marido es viejo.” 15 Y Eliseo dijo: “Llámala.” Cuando él la llamó, ella se detuvo a la entrada. 16 Entonces Eliseo le dijo: “Por este tiempo, el año que viene1 Lit cuando el tiempo reviva, abrazarás un hijoA Gn 18:14.” Y ella dijo: “No, señor mío, hombre de Dios, no engañe usted a su siervaB 2 Rey 4:28.” 17 Pero la mujer concibió y dio a luz un hijo al año siguiente en el1 Lit cuando el tiempo revivió en este tiempo que Eliseo le había dicho.
18 Cuando el niño creció, llegó el día en que salió al campo adonde estaba su padre con los segadores, 19 y dijo a su padre: “¡Ay, mi cabeza, mi cabeza!” Y el padre dijo a un criado: “Llévalo a su madre.” 20 Y tomándolo, el criado lo llevó a su madre, y el niño estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía, y murió. 21 Entonces ella subió y lo puso sobre la camaA 2 Rey 4:32 del hombre de DiosB 2 Rey 4:7, cerró la puerta, y salió. 22 Luego llamó a su marido y le dijo: “Te ruego que me envíes uno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al hombre de Dios y regrese.” 23 Y él dijo: “¿Por qué vas hoy a él? No es luna nueva ni día de reposoA Núm 10:10; 28:11; 1 Cró 23:31.” Y ella respondió: “Quédate en paz.”
24 Entonces ella aparejó el asna y dijo a su criado: “Arrea1 O Guía y anda; no detengas el paso2 Lit el cabalgar por mí a menos que yo te lo diga.” 25 Y ella fue y llegó al hombre de Dios en el Monte CarmeloA 2 Rey 2:25. Cuando el hombre de Dios la vio a lo lejos, dijo a Giezi su criado: “Mira, allá viene la Sunamita. 26 Te ruego que corras ahora a su encuentro y le digas: ‘¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido? ¿Le va bien al niño?’ ” Y ella respondió: “Estamos bien.” 27 Pero cuando ella llegó al monte, al hombre de DiosA 2 Rey 4:25, se abrazó de sus pies. Y Giezi se acercó para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: “Déjala, porque su alma está angustiada y el Señor me lo ha ocultado y no me lo ha revelado.” 28 Entonces ella dijo: “¿Acaso pedí un hijo a mi señor? ¿No dije: ‘No me engañe ustedA 2 Rey 4:16?’ ”
29 Entonces Eliseo dijo a Giezi: “Prepárate,A 1 Rey 18:46; 2 Rey 9:1 toma mi báculo en tu mano, y veteB Ex 4:17; 2 Rey 2:14. Si encuentras a alguien, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le respondasC Luc 10:4, y pon mi báculo sobre el rostro del niñoD Ex 7:19, 20; 14:16.” 30 Y la madre del niño dijo: “Vive el Señor y vive su alma, que no me apartaré de ustedA 2 Rey 2:2, 4.” Entonces Eliseo se levantó y la siguió. 31 Y Giezi se adelantó a ellos y puso el báculo sobre el rostro del niño, pero no hubo voz ni reacción1 Lit atención. Así que volvió para encontrar a Eliseo, y le dijo: “El niño no ha despertadoA Juan 11:11.”
32 Cuando Eliseo entró en la casa, el niño ya estaba muerto, tendido sobre su cama. 33 Y entrando, cerró la puerta tras ambos y oró al SeñorA 2 Rey 4:4; Mat 6:6; Luc 8:51. 34 Entonces subió y se acostó sobre el niño, y puso la boca sobre su boca, los ojos sobre sus ojos y las manos sobre sus manos, y se tendió sobre él; y la carne del niño entró en calorA 1 Rey 17:21-23. 35 Entonces Eliseo volvió y caminó por la casa de un lado para otro, y subió y se tendió sobre élA 1 Rey 17:21; y el niño estornudó siete veces y abrió sus ojos. 36 Eliseo llamó a Giezi y le dijo: “Llama a la Sunamita.” Y él la llamó. Cuando ella vino a Eliseo, él le dijo: “Toma a tu hijo.” 37 Entonces ella entró, cayó a sus pies y se postró en tierra, y tomando a su hijo, salióA Heb 11:35.
Otros Milagros de Eliseo
38 Cuando Eliseo regresó a GilgalA 2 Rey 2:1, había hambre en la tierraB 2 Rey 8:1. Estando sentados los hijos de los profetasC 2 Rey 2:3 delante de élD Luc 10:39; Hech 22:3, dijo a su criado: “Pon la ollaE Ezq 11:3, 7, 11; 24:3 grande y prepara un potaje para los hijos de los profetas.” 39 Entonces uno de ellos salió al campo a recoger hierbas, y encontró una viña silvestre y de ella llenó su manto de calabazas silvestres, y vino y las cortó en pedazos en la olla de potaje, porque no sabía lo que eran. 40 Y lo sirvieron para que los hombres comieran. Y sucedió que cuando comían el potaje, clamaron y dijeron: “¡Oh hombre de Dios, hay muerteA Ex 10:17 en la olla!” Y no pudieron comer. 41 Pero Eliseo les dijo: “Tráiganme harina.” Y la echó en la olla, y dijo: “Sírvanlo a la gente para que coman.” Y ya no había nada maloA Ex 15:25; 2 Rey 2:21 en la olla.
42 Y vino un hombre de Baal Salisa y trajo al hombre de Dios panes de primicias, veinte panes de cebada y espigas de grano nuevo en su bolsa. Y él dijo: “Dáselos a la gente para que comanA Mat 14:16-21; 15:32-38.” 43 Su sirviente le dijo: “¿Cómo pondré esto delante de cien hombres?” Pero él respondió: “Dáselos a la gente para que coman, porque así dice el SeñorA Luc 9:13; Juan 6:9: ‘Comerán y sobrará.’ ” 44 Y lo puso delante de ellos y comieron, y sobró conforme a la palabra del SeñorA Mat 14:20; 15:37; Juan 6:13.

A4:1 2 Rey 2:3

B4:1 Lv 25:39-41, 48; 1 Sam 22:2; Neh 5:2-5

A4:2 1 Rey 17:12

A4:6 Mat 14:20

A4:7 1 Rey 12:22

A4:8 Jos 19:18

A4:9 2 Rey 4:7

A4:10 Mat 10:41, 42; 25:40; Rom 12:13

A4:12 2 Rey 4:29-31; 5:20-27; 8:4, 5

14:13 Lit temor

24:13 Lit mis parientes

14:16 Lit cuando el tiempo reviva

A4:16 Gn 18:14

B4:16 2 Rey 4:28

14:17 Lit cuando el tiempo revivió en este

A4:21 2 Rey 4:32

B4:21 2 Rey 4:7

A4:23 Núm 10:10; 28:11; 1 Cró 23:31

14:24 O Guía

24:24 Lit el cabalgar

A4:25 2 Rey 2:25

A4:27 2 Rey 4:25

A4:28 2 Rey 4:16

A4:29 1 Rey 18:46; 2 Rey 9:1

B4:29 Ex 4:17; 2 Rey 2:14

C4:29 Luc 10:4

D4:29 Ex 7:19, 20; 14:16

A4:30 2 Rey 2:2, 4

14:31 Lit atención

A4:31 Juan 11:11

A4:33 2 Rey 4:4; Mat 6:6; Luc 8:51

A4:34 1 Rey 17:21-23

A4:35 1 Rey 17:21

A4:37 Heb 11:35

A4:38 2 Rey 2:1

B4:38 2 Rey 8:1

C4:38 2 Rey 2:3

D4:38 Luc 10:39; Hech 22:3

E4:38 Ezq 11:3, 7, 11; 24:3

A4:40 Ex 10:17

A4:41 Ex 15:25; 2 Rey 2:21

A4:42 Mat 14:16-21; 15:32-38

A4:43 Luc 9:13; Juan 6:9

A4:44 Mat 14:20; 15:37; Juan 6:13