1 Los Filisteos tomaron el arca de Dios y la llevaron de EbenezerA 1 Sam 4:1; 7:12 a AsdodB Jos 13:3. 2 Entonces los Filisteos tomaron el arca de Dios y la introdujeron en el templo1 Lit la casa de DagónA Jue 16:23-30; 1 Cró 10:8-10, y la pusieron junto a Dagón. 3 A la mañana siguiente, cuando los de Asdod se levantaron temprano, vieron que Dagón había caído rostro en tierra delante del arca del SeñorA Isa 19:1; 46:1, 2. Así que tomaron a Dagón y lo pusieron otra vez en su lugarB Isa 46:7. 4 Pero al levantarse temprano al día siguiente, otra vez Dagón había caído rostro en tierra delante del arca del Señor. Y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral; sólo el tronco le quedaba a Dagón1 Así en algunas versiones antiguas; en Heb sólo Dagón le quedabaA Ezq 6:4, 6; Miq 1:7. 5 Por tanto, hasta hoy, ni los sacerdotes de Dagón ni ninguno de los que entran en el templo1 Lit la casa de Dagón, pisan el umbralA Sof 1:9 de Dagón en Asdod.

6 Y la mano del Señor se hizo pesada sobre los de AsdodA Ex 9:3; 1 Sam 5:7, 11; Sal 32:4; 145:20; 147:6; Hech 13:11, y los desoló y los hirió con tumoresB Dt 28:27; 1 Sam 6:5; Sal 78:66, tanto a Asdod como a sus territorios. 7 Cuando los hombres de Asdod vieron lo que les sucedía1 Lit que era así, dijeron: “El arca del Dios de Israel no debe quedar con nosotros, pues su mano es dura sobre nosotros y sobre Dagón nuestro dios.” 8 Así que enviaron a buscar e hicieron venir1 Lit y congregaron a todos los príncipes de los FilisteosA 1 Sam 5:11; 29:6-11, y les dijeron: “¿Qué haremos con el arca del Dios de Israel?” “Que se traslade el arca del Dios de Israel a Gat,” respondieron ellos. Y trasladaron el arca del Dios de Israel. 9 Pero después que la habían trasladado, la mano del Señor estuvo contra la ciudad causando gran confusiónA Dt 2:15; 1 Sam 5:11; 7:13; 12:15; e hirió a los hombres de la ciudad, desde el menor hasta el mayor, saliéndoles tumoresB 1 Sam 5:6. 10 Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón. Y sucedió que cuando el arca de Dios llegó a Ecrón, los Ecronitas clamaron y dijeron: “Han traído el arca del Dios de Israel hasta nosotros1 Lit mí para matarnos a nosotros2 Lit matarme a mí y a nuestro3 Lit mi pueblo.”

11 Por tanto, mandaron a reunir a todos los príncipes de los Filisteos, y les dijeron: “Saquen de aquí1 Lit Enviad el arca del Dios de IsraelA 1 Sam 5:8, y que vuelva a su sitio, para que no nos mate a nosotros2 Lit me mate a mí y a nuestro pueblo.” Porque había un pánico mortal por toda la ciudad; la mano de Dios se hizo muy pesada allíB 1 Sam 5:6, 9. 12 Y los hombres que no murieron fueron heridos con tumores, y el clamor de la ciudad subió hasta el cieloA Ex 12:30; Isa 15:3.