1 “Yo envío a Mi mensajero (ángel), y él preparará el camino delante de MíA Mat 11:10, 14; Mar 1:2; Luc 1:76; 7:27. Y vendrá de repente a Su templo el Señor a quien ustedes buscanB Hag 1:13; Juan 1:6, 7; el mensajeroC Isa 40:3 del pacto en quien ustedes se complacenD Isa 63:9, ya viene;” dice el Señor de los ejércitos. 2 “¿Pero quién podrá soportar el día de Su venida? ¿Y quién podrá mantenerse en pie cuando El aparezcaA Isa 33:14; Ezq 22:14; Apoc 6:17? Porque El es como fuegoB Zac 13:9; Mat 3:10-12; 1 Cor 3:13-15 de fundidor y como jabón de lavanderos. 3 Y El se sentará como fundidor y purificador de plata, y purificaráA Isa 1:25; Dan 12:10 a los hijos de Leví y los acrisolará como a oro y como a plata, y serán los que presenten ofrendas en justicia al SeñorB Sal 4:5; 51:19. 4 Entonces será grata al Señor la ofrenda de Judá y de JerusalénA Sal 51:17-19, como en los días de antaño y como en los años pasadosB 2 Cró 7:1-3, 12. 5 Me acercaré a ustedes para el juicio, y seré un testigo veloz contra los hechicerosA Dt 18:10; Jer 27:9, 10, contra los adúlterosB Ezq 22:9-11, contra los que juran en falsoC Jer 5:2; 7:9; Zac 5:4 y contra los que oprimen al jornalero en su salarioD Lv 19:13, a la viuda y al huérfanoE Ex 22:22-24; Dt 27:19, contra los que niegan el derecho del extranjero y los que no Me temen,” dice el Señor de los ejércitos. 6 “Porque Yo, el Señor, no cambio; por eso ustedes, oh hijos de Jacob, no han sido consumidosA Núm 23:19; Sant 1:17.

7 “Desde los días de sus padres se han apartado de Mis estatutos y no los han guardadoA Jer 7:25, 26; 16:11, 12. Vuelvan a Mí y Yo volveré a ustedes,” dice el Señor de los ejércitosB Zac 1:3. Pero dicen: ‘¿Cómo hemos de volver?’ 8 “¿Robará el hombre a Dios? Pues ustedes Me están robando. Pero dicen: ‘¿En qué Te hemos robado?’ En los diezmos y en las ofrendasA Neh 13:11, 12. 9 Con maldición están malditosA Mal 2:2, porque ustedes, la nación entera, Me están robando. 10 Traigan todo el diezmoA Lv 27:30; Núm 18:21-24; Dt 12:6; 14:22-29; Neh 13:12 al alfolí1 Lit a la casa del tesoro, para que haya alimento en Mi casa; y pónganme ahora a prueba en esto;” dice el Señor de los ejércitos “si no les abro las ventanas de los cielosB Sal 78:23-29, y derramo para ustedes bendiciónC Ezq 34:26 hasta que sobreabundeD Lv 26:3-5. 11 Por ustedes reprenderé al devorador, para que no les destruya los frutos del sueloA Joel 1:4; 2:25, ni su vid en el campo sea estéril,” dice el Señor de los ejércitos. 12 “Y todas las naciones los llamarán a ustedes bienaventuradosA Isa 61:9, porque serán una tierra de deliciasB Isa 62:4,” dice el Señor de los ejércitos.

13 “Las palabras de ustedes han sido duras contra Mí,” dice el Señor. Pero dicen: ‘¿Qué hemos hablado contra Ti?’ 14 Ustedes han dicho: ‘En vano es servir a DiosA Jer 2:25; 18:12. ¿Qué provecho hay en que guardemos Sus ordenanzas y en que andemos de duelo delante del SeñorB Isa 58:3 de los ejércitos? 15 Por eso ahora llamamos bienaventurados a los soberbiosA Isa 2:22; Mal 4:1. No sólo prosperan los que hacen el malB Jer 7:10, sino que también ponen a prueba a Dios y escapan sin ser castigados.’ ”

16 Entonces los que temían (reverenciaban) al Señor se hablaron unos a otros, y el Señor prestó atenciónA Sal 34:15; Jer 31:18-20 y escuchó, y fue escrito delante de El un libroB Isa 4:3; Dan 12:1 memorial para los que temen (reverencian) al Señor y para los que estiman Su nombre. 17 “Y ellos serán Míos,” dice el SeñorA Isa 43:1 de los ejércitos “el día en que Yo prepareB Isa 4:2 Mi tesoro especialC Ex 19:5; Dt 7:6; Isa 43:21; 1 Ped 2:9, y los perdonaré como un hombre perdona al hijoD Sal 103:13 que le sirve.” 18 Entonces volverán a distinguir entre el justo y el impíoA Gn 18:25; Am 5:15, entre el que sirve a Dios y el que no Le sirve.