11
Abre tus puertas, LíbanoA Jer 22:6, 7,
Y consuma el fuego tus cedrosB Ezq 31:3.
Gime, ciprés, porque ha caído el cedro,
Porque los árboles majestuosos han sido derribados.
Giman, encinas de Basán,
Porque ha caído el bosque impenetrable.
Voz de gemido de pastores,
Porque su esplendor está arruinadoA Jer 25:34-36;
Voz del rugido de leoncillos,
Porque derribada está la gloria del JordánB Jer 2:15; 50:44.
El Buen Pastor y el Falso
Así dice el Señor mi Dios: “Apacienta las ovejas destinadas para la matanzaA Sal 44:22; Zac 11:7. Los que las compran las matan y salen sin ser castigados, y el que las vende diceA Jer 50:7: ‘¡Bendito sea el Señor, porque me he enriquecidoB Os 12:8; 1 Tim 6:9!’; y ni sus propios pastores se compadecen de ellasC Ezq 34:2, 3. “Pues Yo no Me compadeceré más de los habitantes de esta tierra,” declara el Señor, “sino que haré que los hombres caigan cada uno en manos de otroA Jer 13:14 y en manos de su rey; y ellos herirán la tierraB Isa 9:19-21; Miq 7:2-6; Zac 14:13 y Yo no los libraré de sus manosC Sal 50:22; Miq 5:8.” Apacenté, pues, las ovejas destinadas para la matanzaA Zac 11:4, esto es, los afligidos del rebañoB Jer 39:10; Sof 3:12. Y tomé para mí dos cayadosC Ezq 37:16: a uno lo llamé GraciaD Sal 27:4; 90:17; Zac 11:10 y al otro lo llamé Unión; y apacenté las ovejasE Sal 133:1; Ezq 37:16-23; Zac 11:14.
Destruí a los tres pastores en un mesA Os 5:7, pues mi alma se impacientó con ellos y su alma también se cansó de mí. Entonces dije: “No los apacentaré más. La que ha de morir, que muera; y la que ha de ser destruida, que sea destruida; y las que queden, cómanse la carne unas a otrasA Jer 15:2.” 10 Tomé mi cayado GraciaA Zac 11:7 y lo quebré para romper el pacto que yo había hecho con todos los pueblosB Sal 89:39; Jer 14:21. 11 En aquel mismo día fue roto el pacto; así los afligidos del rebaño que me observaban, conocieron que era la palabra del SeñorA Sof 3:12.
12 Y les dije: “Si les parece bien, denme mi paga; y si no, déjenla.” Y pesaron como mi salarioA 1 Rey 5:6; Mal 3:5 treinta monedas de plataB Gn 37:28; Ex 21:32; Mat 26:15; 27:9, 10. 13 Entonces el Señor me dijo: “Arrójalo al alfarero (ese magnífico precio con que me valoraron).” Tomé pues, las treinta monedas de plata y las arrojé al alfarero en la casa del SeñorA Mat 27:3-10; Hech 1:18, 19. 14 Y quebré mi segundo cayado, UniónA Zac 11:7, para romper la hermandad entre Judá e IsraelB Isa 9:21; Zac 11:6.
15 Y el Señor me dijo: “Toma otra vez los aperos de un pastor insensatoA Isa 6:10-12; Zac 11:17. 16 Porque Yo voy a levantar en la tierra un pastor que no se preocupará de la que pereceA Jer 23:2, ni buscará a la descarriada, ni curará a la herida, ni sustentará a la fuerte, sino que comerá la carne de la engordadaB Ezq 34:2-6 y arrancará sus pezuñas.
17 ¡Ay del pastor inútil
Que abandona el rebañoA Jer 23:1; Zac 10:2; 11:15!
¡Caiga la espadaB Jer 50:35-37 sobre su brazoC Ezq 30:21, 22
Y sobre su ojo derecho!
Su brazo se secará por completo,
Y su ojo derecho totalmente se oscurecerá.”

A11:1 Jer 22:6, 7

B11:1 Ezq 31:3

A11:3 Jer 25:34-36

B11:3 Jer 2:15; 50:44

A11:4 Sal 44:22; Zac 11:7

A11:5 Jer 50:7

B11:5 Os 12:8; 1 Tim 6:9

C11:5 Ezq 34:2, 3

A11:6 Jer 13:14

B11:6 Isa 9:19-21; Miq 7:2-6; Zac 14:13

C11:6 Sal 50:22; Miq 5:8

A11:7 Zac 11:4

B11:7 Jer 39:10; Sof 3:12

C11:7 Ezq 37:16

D11:7 Sal 27:4; 90:17; Zac 11:10

E11:7 Sal 133:1; Ezq 37:16-23; Zac 11:14

A11:8 Os 5:7

A11:9 Jer 15:2

A11:10 Zac 11:7

B11:10 Sal 89:39; Jer 14:21

A11:11 Sof 3:12

A11:12 1 Rey 5:6; Mal 3:5

B11:12 Gn 37:28; Ex 21:32; Mat 26:15; 27:9, 10

A11:13 Mat 27:3-10; Hech 1:18, 19

A11:14 Zac 11:7

B11:14 Isa 9:21; Zac 11:6

A11:15 Isa 6:10-12; Zac 11:17

A11:16 Jer 23:2

B11:16 Ezq 34:2-6

A11:17 Jer 23:1; Zac 10:2; 11:15

B11:17 Jer 50:35-37

C11:17 Ezq 30:21, 22