1 Por tanto, amadosA Heb 6:9, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de DiosB 1 Ped 1:15, 16.

2 Acéptennos (Hagan lugar para nosotros)A 2 Cor 6:12, 13; 12:15 en su corazón. A nadie hemos ofendido, a nadie hemos corrompido, de nadie hemos tomado ventaja. 3 No hablo para condenarlos, porque ya he dicho antes que ustedes están en nuestro corazónA 2 Cor 6:11, 12; Fil 1:7 para morir juntos y para vivir juntos. 4 Mucha es mi confianza en1 Lit hacia ustedesA 2 Cor 3:12. Tengo mucho orgullo de ustedesB 2 Cor 7:14; 8:24; 9:2, 3; 10:8; Fil 1:26; 2 Tes 1:4. Lleno estoy de consueloC 2 Cor 1:4 y sobreabundo de gozo en toda nuestra aflicciónD 2 Cor 6:10.

5 Pues aun cuando llegamos a MacedoniaA Rom 15:26; 2 Cor 2:13, nuestro cuerpo1 Lit nuestra carne no tuvo ningún reposo, sino que nos vimos atribulados por todos ladosB 2 Cor 4:8: por fuera, conflictos; por dentro, temoresC Dt 32:25. 6 Pero Dios, que consuelaA 2 Cor 1:3, 4 a los deprimidos1 O humildes, o abatidos, nos consoló con la llegada de TitoB 2 Cor 2:13; 7:13, 14; 7 y no sólo con su llegada, sino también con el consuelo con que él fue consolado en ustedes, haciéndonos saber el gran afecto1 Lit anhelo de ustedes, su llanto y su celo por mí; de manera que me regocijé aún más.

8 Porque si bien les causé tristezaA 2 Cor 2:2 con mi carta, no me pesa. Aun cuando me pesó, pues veo que esa carta les causó tristeza, aunque sólo por poco tiempo; 9 pero ahora me regocijo, no de que fueron entristecidos, sino de que fueron entristecidos para arrepentimiento; porque fueron entristecidos conforme a la voluntad de Dios, para que no sufrieran pérdida alguna1 O perjuicio alguno de parte nuestra.

10 Porque la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvaciónA Hech 11:18, sin dejar pesar1 O que conduce a una salvación sin remordimiento; pero la tristeza del mundo produce muerte. 11 Porque miren, ¡qué solicitud ha producido esto en ustedes, esta tristeza piadosa1 Lit tristeza conforme a Dios, qué vindicación de ustedes mismos, qué indignación, qué temor, qué gran afecto2 O añoranza, qué celoA 2 Cor 7:7, qué castigo del malB 2 Cor 2:6! En todo han demostradoC Rom 3:5 ser inocentes en el asunto. 12 Así que, aunque les escribíA 2 Cor 2:3, 9; 7:8, no fue por causa del que ofendióB 1 Cor 5:1, 2, ni por causa del ofendido, sino para que la solicitud de ustedes por nosotros les fuera manifestada delante de Dios. 13 Por esta razón hemos sido consoladosA 2 Cor 7:6.

Y aparte de nuestro consuelo, mucho más nos regocijamos por el gozo de TitoB 2 Cor 2:13; 7:6, 14, pues su espíritu ha sido confortado por todos ustedesC 1 Cor 16:18. 14 Porque si en algo me he jactado con él acerca de ustedesA 2 Cor 7:4; 8:24; 9:2, 3; 10:8; Fil 1:26; 2 Tes 1:4, no fui avergonzado, sino que así como les hemos dicho todo con verdad, también nuestra jactancia ante TitoB 2 Cor 2:13; 7:6, 13 resultó ser la verdad. 15 Y su amor1 Lit sus entrañas hacia ustedes abunda aún más al acordarse de la obediencia de todos ustedesA 2 Cor 2:9, y de cómo lo recibieron con temor y temblorB 1 Cor 2:3; Fil 2:12. 16 Me gozo de que en todo tengo confianza en ustedesA 2 Cor 2:3.