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Ministros del Nuevo Pacto
1 ¿Comenzamos otra vez a recomendarnosA 2 Cor 5:12; 10:12, 18; 12:11 a nosotros mismos? ¿O acaso necesitamos, como algunos, cartas de recomendaciónB Hech 18:27; 1 Cor 16:3 para ustedes o de parte de ustedes? 2 Ustedes son nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombresA 1 Cor 9:2, 3 siendo manifiesto que son carta de Cristo redactada1 Lit servida por nosotros, no escrita con tinta, sino con el EspírituA 2 Cor 3:6 del Dios vivoB Mat 16:16; no en tablas de piedraC Ex 24:12; 31:18; 32:15, 16; 2 Cor 3:7, sino en tablas de corazones humanos2 Lit de carneD Prv 3:3; 7:3; Jer 17:1; 31:33; Ezq 11:19; 36:26.
4 Esta1 Lit Tal confianza tenemos hacia Dios por medio de CristoA Ef 3:12. 5 No que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de DiosA 1 Cor 15:10, 6 el cual también nos hizo suficientes como ministros (servidores)A 1 Cor 3:5 de un nuevo pactoB Jer 31:31; Luc 22:20, no de la letra, sino del EspírituC Rom 2:29. Porque la letra mata, pero el Espíritu da vidaD Juan 6:63; Rom 7:6.
7 Y si el ministerio de muerteA Rom 4:15; 5:20; 7:5, 6; 2 Cor 3:9; Gál 3:10, 21, 22 grabado con letras en piedrasB Ex 24:12; 31:18; 32:15, 16; 2 Cor 3:3 fue con gloria, de tal manera que los Israelitas no podían fijar la vista en el rostro de Moisés por causa de la gloria de su rostro, la cual se desvanecíaC Ex 34:29-35; 2 Cor 3:13, 8 ¿cómo no será aún con más gloria el ministerio del Espíritu? 9 Porque si el ministerio de condenaciónA Dt 27:26; 2 Cor 3:7; Heb 12:18-21 tiene gloria, mucho más abunda en gloria el ministerio de justiciaB Rom 1:17; 3:21, 22. 10 Pues en verdad, lo que tenía gloria, en este caso no tiene gloria por razón de la gloria que lo sobrepasa. 11 Porque si lo que se desvanece fue con1 Lit por medio de gloria, mucho más es con2 O en gloria lo que permanece.
Transformados de Gloria en Gloria
12 Teniendo, por tanto, tal esperanzaA 2 Cor 7:4, hablamos con1 Lit usamos mucha franquezaB Hech 4:13, 29; 2 Cor 7:4; Ef 6:19; 1 Tes 2:2. 13 Y no somos como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro para que los Israelitas no fijaran su vista en el fin de aquello que había de desvanecerseA Ex 34:33-35; 2 Cor 3:7.
14 Pero el entendimiento de ellos se endureció1 Lit sus mentes se endurecieron. Porque hasta el día de hoy, en la lecturaA Hech 13:15 del antiguo pacto (testamento)B 2 Cor 3:6 el mismo velo permanece sin alzarse, pues sólo en Cristo es quitadoC Rom 11:7; 2 Cor 4:4. 15 Y1 Lit Pero hasta el día de hoy, cada vez que se lee a Moisés, un velo está puesto sobre sus corazones. 16 Pero cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitadoA Ex 34:34; Rom 11:23.
17 Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del SeñorA Isa 61:1, 2; Gál 4:6, hay libertadB Juan 8:32; Gál 5:1, 13. 18 Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejoA 1 Cor 13:12 la gloria del SeñorB Juan 17:22, 24; 2 Cor 4:4, 6, estamos siendo transformados en la misma imagenC Rom 8:29 de gloria en gloria, como por el SeñorD 2 Cor 3:17, el Espíritu.
A3:1 2 Cor 5:12; 10:12, 18; 12:11
13:3 Lit servida
C3:3 Ex 24:12; 31:18; 32:15, 16; 2 Cor 3:7
23:3 Lit de carne
D3:3 Prv 3:3; 7:3; Jer 17:1; 31:33; Ezq 11:19; 36:26
13:4 Lit Tal
A3:7 Rom 4:15; 5:20; 7:5, 6; 2 Cor 3:9; Gál 3:10, 21, 22
B3:7 Ex 24:12; 31:18; 32:15, 16; 2 Cor 3:3
A3:9 Dt 27:26; 2 Cor 3:7; Heb 12:18-21
13:11 Lit por medio de
23:11 O en
13:12 Lit usamos
B3:12 Hech 4:13, 29; 2 Cor 7:4; Ef 6:19; 1 Tes 2:2
13:14 Lit sus mentes se endurecieron
13:15 Lit Pero
B3:18 Juan 17:22, 24; 2 Cor 4:4, 6