1 Murió SamuelA 1 Sam 28:3, y se reunió todo Israel; lo lloraronB Núm 20:29; Dt 34:8, y lo sepultaron en su casa en RamáC 2 Rey 21:18; 2 Cró 33:20. Después David se levantó y descendió al desierto de ParánD Gn 21:21; Núm 10:12; 13:3.

2 Había un hombre en MaónA 1 Sam 23:24 que tenía sus bienes en CarmelB Jos 15:55; el hombre era muy rico1 Lit grande y tenía 3,000 ovejas y 1,000 cabras; y estaba en Carmel trasquilando sus ovejasC Gn 38:13; 2 Sam 13:23. 3 El hombre se llamaba Nabal, y su mujer se llamaba Abigail. Y la mujer era inteligente1 Lit de buen entendimiento y de hermosa aparienciaA Prv 31:10, pero el hombre era áspero y malo en sus tratos, y era CalebitaB Jos 15:13; 1 Sam 30:14. 4 Y David oyó en el desierto que Nabal estaba trasquilando sus ovejas.

5 Entonces David envió diez jóvenes, y les dijo1 Lit y David dijo a los jóvenes: “Suban a Carmel, visiten2 Lit lléguense a Nabal y salúdenlo en mi nombre; 6 y le dirán así: ‘Ten una larga vida1 Lit Para vida, paz para ti, paz para tu casa y paz para todo lo que tienesA 1 Cró 12:18; Sal 122:7; Luc 10:5. 7 He oído que tienes esquiladoresA 2 Sam 13:23, 24. Ahora bien, tus pastores han estado con nosotros, y no los hemos maltratado, ni les ha faltado nada todos los días que estuvieron en CarmelB 1 Sam 25:15, 21. 8 Pregunta a tus criados, y ellos te lo dirán. Por tanto, permite que mis criados hallen gracia ante tus ojos, porque hemos llegado en un día de fiesta1 Lit buen díaA Neh 8:10-12; Est 9:19, 22. Te ruego que de lo que tengas a mano, des a tus siervos y a tu hijo David.’ ”

9 Cuando llegaron los jóvenes de David, dijeron a Nabal todas estas palabras en nombre de David; entonces esperaron. 10 Pero Nabal respondió a los siervos de David: “¿Quién es DavidA Jue 9:28 y quién es el hijo de Isaí? Hay muchos siervos hoy día que huyen de su señor. 11 ¿He de tomar mi pan, mi agua y la carne que he preparado1 Lit degollado para mis esquiladores, y he de dárselos a hombres cuyo origen no conozco2 Lit hombres que no sé de dónde sonA Jue 8:6, 15?” 12 Entonces los jóvenes de David se volvieron por su camino, y regresaron; y llegaron y le comunicaron todas1 Lit conforme a todas estas palabras. 13 Y David dijo a sus hombres: “Cíñase cada uno su espada.” Y cada hombre se la ciñó. David también se ciñó la suya, y unos 400 hombres subieron tras DavidA 1 Sam 23:13, mientras que otros 200 se quedaron cuidando el equipajeB 1 Sam 30:24.

14 Pero uno de los criados avisó a Abigail, mujer de Nabal: “David envió mensajeros desde el desierto a saludar1 Lit bendecir a nuestro señorA 1 Sam 13:10; 15:13, pero él los ha tratado mal. 15 Sin embargo, los hombres fueron muy buenos con nosotros; no nos maltrataron ni nos faltó nada cuando1 Lit todos los días que andábamos con ellos, mientras estábamos en el campoA 1 Sam 25:7, 21. 16 Como muro fueron para nosotros tanto de noche como de día, todo el tiempo que estuvimos con ellos apacentando las ovejasA Ex 14:22; Job 1:10. 17 Ahora pues, reflexione1 Lit sabe y mire lo que ha de hacer, porque el mal ya está determinado contra nuestro señor y contra toda su casa, y él es un hombre tan indigno2 Lit un hijo de Belial que nadie puede hablarle.”

18 Entonces Abigail se dio prisa y tomó 200 panes, dos odres de vino, cinco ovejas ya preparadas, cinco medidas de grano tostado, 100 racimos de uvas pasas, y 200 tortas de higos, y los puso sobre asnosA 2 Sam 16:1; 1 Cró 12:40. 19 Y dijo a sus criados: “Vayan delante de mí; porque yo los seguiréA Gn 32:16, 20.” Pero no dijo nada a su marido Nabal. 20 Cuando ella cabalgaba en su asno y descendía por la parte encubierta del monte, David y sus hombres venían bajando hacia ella, y se encontró con ellos. 21 Y David había dicho: “Ciertamente, en vano he guardado todo lo que este hombre tiene en el desierto, de modo que nada se perdió de todo lo suyo; y él me ha devuelto mal por bienA Sal 109:5; Prv 17:13. 22 Así haga Dios a los enemigos de DavidA 1 Sam 3:17; 20:13, y aun más, si al llegar la mañana he dejado tan sólo un varón1 Lit uno que orina contra la pared de los suyosB 1 Rey 14:10.”

23 Cuando Abigail vio a David se dio prisa y bajó de su asno, y cayendo sobre su rostro delante de David, se postró en tierraA 1 Sam 20:41. 24 Y se echó a sus pies y le dijo: “Señor mío, sólo sobre mí sea la culpa. Le ruego que permita que su sierva le hable1 Lit hable en tus oídos, y que escuche las palabras de su sierva. 25 Ruego a mi señor que no haga caso a1 Lit ponga su corazón en este hombre indigno2 Lit este hijo de Belial, Nabal, porque conforme a su nombre, así es. Se llama Nabal (Insensato), y la insensatez está con él; pero yo su sierva no vi a los jóvenes que usted, mi señor, envió. 26 Ahora pues, señor mío, vive el Señor y vive su alma. Puesto que el Señor le ha impedido derramar1 Lit venir con sangre y vengarse2 Lit salvarte por su propia manoA Heb 10:30, sean pues como Nabal sus enemigos y los que buscan el mal contra mi señorB 2 Sam 18:32. 27 Y ahora permita que este presente1 Lit esta bendición que su sierva ha traído para mi señor se dé a los jóvenes que acompañan a2 Lit caminan a los pies de mi señorA Gn 33:11; 1 Sam 30:26. 28 Le ruego que perdone la ofensa de su siervaA 1 Sam 25:24, porque el Señor ciertamente establecerá1 Lit hará una casa duradera para mi señorB 1 Sam 22:14; 2 Sam 7:11, 16, pues mi señor pelea las batallas del SeñorC 1 Sam 18:17, y el mal no se hallará en usted en todos sus díasD 1 Sam 24:11; Sal 7:3. 29 Y si alguien se levanta para perseguirlo y buscar su vida1 Lit alma, entonces la vida1 Lit alma de mi señor estará bien atada en el haz de los que viven con el Señor su Dios; pero El lanzará la vida de sus enemigos como de en medio de una hondaA Jer 10:18. 30 Y sucederá que cuando el Señor haga por mi señor conforme a todo el bien que El ha hablado de usted, y se ponga por príncipe sobre IsraelA 1 Sam 13:14, 31 esto no causará pesar ni remordimiento1 Lit no te será motivo para tambalear ni tropezadero del corazón a mi señor, tanto por haber derramado sangre sin causa como por haberse vengado2 Lit salvado mi señor. Cuando el Señor haya hecho bien a mi señor, entonces acuérdese de su siervaA Gn 40:14; 1 Sam 25:30.”

32 Entonces David dijo a Abigail: “Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que te envió hoy a encontrarmeA Ex 18:10; 1 Rey 1:48; Sal 41:13; 72:18; 106:48; Luc 1:68, 33 bendito sea tu razonamiento, y bendita seas tú, que me has impedido derramar sangre1 Lit entrar con sangre hoy y vengarme2 Lit salvarme por mi propia manoA 1 Sam 25:26. 34 Sin embargo, vive el Señor, Dios de Israel, que me ha impedido hacerte malA 1 Sam 25:26, que si tú no hubieras venido pronto a encontrarme, ciertamente, para la luz del alba, no le hubiera quedado a Nabal ni un varón1 Lit uno que orina contra la pared.” 35 Recibió David de su mano lo que ella había traído y le dijo: “Sube en paz a tu casaA 1 Sam 20:42; 2 Rey 5:19. Mira, te he escuchado1 Lit he escuchado tu voz y te he concedido tu petición2 Lit he alzado tu rostroB Gn 19:21.”

36 Entonces Abigail regresó a Nabal, y éste tenía un banquete en su casa, como el banquete de un reyA 2 Sam 13:23. Y el corazón de Nabal estaba alegre, pues estaba muy ebrioB Prv 20:1; Isa 5:11; Os 4:11, por lo cual ella no le comunicó nada1 Lit nada pequeño ni grande hasta el amanecerC 1 Sam 25:19. 37 Pero sucedió que por la mañana, cuando se le pasó el vino a Nabal, su mujer le contó estas cosas, y su corazón se quedó como muerto dentro de él, y se puso como una piedra. 38 Y unos diez días después, sucedió que el Señor hirió a Nabal, y murióA 1 Sam 26:10; 2 Sam 6:7; Sal 104:29.

39 Cuando David supo que Nabal había muerto, dijo: “Bendito sea el Señor, que ha defendido la causa de mi afrenta de manos de NabalA 1 Sam 24:15; Prv 22:23, y ha preservado a Su siervo del malB 1 Sam 25:26, 34. El Señor también ha devuelto la maldad de Nabal sobre su propia cabeza.” Entonces David envió un mensaje a AbigailC Cnt 8:8, para tomarla para sí por mujer. 40 Y los siervos de David fueron a casa de Abigail en Carmel, y le hablaron diciendo: “David nos ha enviado a usted, para tomarla para sí por mujer.” 41 Ella se levantó y postrándose rostro en tierraA 1 Sam 25:23, dijo: “Miren, su sierva es una criada para lavar los pies de los siervos de mi señorB Mar 1:7.” 42 Abigail se levantó apresuradamente, montó en un asno, y con sus cinco doncellas que la atendían1 Lit andaban a sus pies siguió a los mensajeros de David, y fue su mujerA Gn 24:61-67.

43 David había tomado también a Ahinoam de JezreelA Jos 15:56, y ambas fueron mujeres suyasB 1 Sam 27:3; 30:5.

44 Pues Saúl había dado a su hija MicalA 1 Sam 18:27; 2 Sam 3:14, mujer de David, a Palti, hijo de Lais, que era de GalimB Isa 10:30.