1 Pues ya que la Ley sólo tiene la sombraA Heb 8:5 de los bienes futurosB Heb 9:11 y no la forma (imagen) misma de las cosas, nunca puede1 Algunos mss. antiguos dicen: pueden, por los mismos sacrificios que ellos ofrecen continuamente año tras añoC Rom 8:3; Heb 9:9; 10:4, 11, hacer perfectos a los que se acercanD Heb 7:19. 2 De otra manera, ¿no habrían cesado de ofrecerse, ya que los adoradores, una vez purificados1 O limpios, no tendrían ya más conciencia de pecadoA 1 Ped 2:19? 3 Pero en esos sacrificios hay1 Lit en ellos hay un recordatorio de pecados año tras añoA Heb 9:7. 4 Porque es imposibleA Heb 10:1, 11 que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecadosB Heb 9:12, 13.

5 Por lo cual, al entrar Cristo en el mundoA Heb 1:6, dice:

8 Habiendo dicho anteriormente: “Sacrificios y ofrendasA Sal 40:6; Heb 10:5, 6 y holocaustosB Mar 12:33, y sacrificios por el pecado no has queridoC Rom 8:3, ni en ellos Tu te has complacido” (los cuales se ofrecen según la Ley), 9 entonces dijo: “He aqui, yo he venido para hacer Tu voluntadA Sal 40:7, 8; Heb 10:7.” El quita lo primero para establecer lo segundo. 10 Por esa voluntad1 Lit Por la cual hemos sido santificadosA Juan 17:19; Ef 5:26; Heb 2:11; 10:14, 29; 13:12 mediante la ofrendaB Juan 6:51; Ef 5:2; Heb 7:27; 9:14, 28; 10:12 del cuerpo de JesucristoC Heb 2:14; 5:7; 1 Ped 2:24 ofrecida una vez para siempreD Heb 7:27.

11 Ciertamente todo sacerdote está de pie, día tras día, ministrando y ofreciendo muchas vecesA Heb 5:1 los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecadosB Miq 6:6-8; Heb 10:1, 4. 12 Pero Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecadosA Heb 5:1 para siempreB Heb 10:14, se sento1 O pecados, para siempre se sentó a la diestra de DiosC Heb 1:3, 13 esperando de ahí en adelante hasta que Sus enemigos sean puestos por estrado de Sus piesA Sal 110:1; Heb 1:13. 14 Porque por una ofrenda El ha hecho perfectosA Heb 10:1 para siempre a los que son santificadosB Heb 10:12.

15 También el Espíritu Santo nos da testimonioA Heb 3:7. Porque después de haber dicho:

19 Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianzaA Heb 3:6; 10:35 para entrar al Lugar SantísimoB Heb 9:25 por la sangre de Jesús, 20 por un camino nuevo y vivoA Heb 9:8 que El inauguró para nosotros por medio del veloB Heb 6:19; 9:3, es decir, Su carne, 21 y puesto que tenemos un gran SacerdoteA Heb 2:17 sobre la casa de DiosB 1 Tim 3:15; Heb 3:6, 22 acerquémonos con corazón sincero (verdadero)A Heb 7:19; 10:1, en plena certidumbre de feB Heb 6:11, teniendo nuestro corazón purificado1 Lit rociado (para purificación) de mala concienciaC Ezq 36:25; Heb 9:19; 12:24; 1 Ped 1:2 y nuestro cuerpo lavado con agua puraD Hech 22:16; 1 Cor 6:11; Ef 5:26; Tito 3:5; 1 Ped 3:21.

23 Mantengamos firme la profesión1 O fe, o confesiónA Heb 3:1 de nuestra esperanzaB Heb 3:6 sin vacilar, porque fiel es Aquél que prometióC 1 Cor 1:9; 10:13; Heb 11:11. 24 Consideremos cómo estimularnos unos a otrosA Heb 13:1 al amor y a las buenas obrasB Tito 3:8, 25 no dejando de congregarnosA Hech 2:42, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otrosB Heb 3:13, y mucho más al ver que el día se acercaC 1 Cor 3:13.

26 Porque si continuamos pecando deliberadamenteA Núm 15:30; Heb 6:4-8; 2 Ped 2:20, 21 después de haber recibido el conocimiento de la verdadB 1 Tim 2:4, ya no queda sacrificio alguno por los pecados, 27 sino cierta horrenda expectación de juicioA Juan 5:29; Heb 9:27, y la furia de un fuego que ha de consumir a los adversariosB Isa 26:11; 2 Tes 1:7. 28 Cualquiera que viola la Ley de Moisés muere sin misericordia por el testimonio de dos o tres testigosA Dt 17:2-6; 19:15; Mat 18:16; Heb 2:2.

29 ¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que mereceráA Heb 2:3 el que ha pisoteado bajo sus pies al Hijo de DiosB Heb 6:6, y ha tenido por inmunda la sangre del pactoC Ex 24:8; Mat 26:28; Heb 13:20 por la cual fue santificadoD Ef 5:26; Heb 9:13, 14; Apoc 1:5, y ha ultrajado al Espíritu de graciaE 1 Cor 6:11; Ef 4:30; Heb 6:4? 30 Pues conocemos a Aquél que dijo: “Mia es la venganza, Yo pagareA Dt 32:35; Rom 12:19.” Y otra vez: “El Señor juzgara a Su puebloB Dt 32:36.” 31 ¡Horrenda cosaA 2 Cor 5:11 es caer en las manos del Dios vivoB Mat 16:16; Heb 3:12!

32 Pero recuerden los días pasadosA Heb 5:12, cuando1 Lit en los cuales después de haber sido iluminadosB Heb 6:4, ustedes soportaron una gran lucha de padecimientosC Fil 1:30. 33 Por una parte, siendo hechos un espectáculo públicoA 1 Cor 4:9; Heb 12:4 en oprobios y aflicciones, y por otra, siendo compañerosB Fil 4:14; 1 Tes 2:14 de los que eran tratados así. 34 Porque tuvieron compasiónA Heb 13:3 de los prisioneros y aceptaron con gozoB Mat 5:12 el despojo de sus bienes, sabiendo que tienen para ustedes mismos una mejor y más duradera posesiónC Heb 9:15; 11:16; 13:14; 1 Ped 1:4, 5. 35 Por tanto, no desechen su confianzaA Heb 10:19, la cual tiene gran recompensaB Heb 2:2. 36 Porque ustedes tienen necesidad de paciencia (perseverancia)A Luc 21:19; Heb 12:1, para que cuando hayan hecho la voluntad de Dios, obtengan la promesaB Heb 9:15.