1 Entonces el ángel que hablaba conmigoA Zac 1:9 volvió, y me despertó como a un hombre que es despertado de su sueñoB 1 Rey 19:5-7; Jer 31:26. 2 Y me preguntó: “¿Qué ves?” Y respondí: “VeoA Jer 1:13; Zac 5:2 un candelabro todo de oro con su depósito en la parte superior, y sus siete lámparasB Ex 25:31, 37; Jer 52:19 encima de él con siete tubos para cada una de las lámparasC Apoc 4:5 que tiene encima; 3 y junto a él hay dos olivos, uno a la derecha del depósito y el otro a la izquierdaA Zac 4:11; Apoc 11:4.”

4 Continué, y dije al ángel que hablaba conmigo: “¿Qué es esto señor míoA Zac 1:9; 4:5, 13; 6:4?” 5 Respondió el ángel que hablaba conmigo, y me dijo: “¿No sabes qué es estoA Zac 1:9; 4:1?” “No, señor míoB Zac 4:13,” respondí. 6 Continuó él, y me dijo: “Esta es la palabra del Señor a ZorobabelA Esd 5:2; Hag 2:4, 5: ‘No por el poder ni por la fuerzaB Isa 11:2-4; 30:1; Os 1:7, sino por Mi EspírituC 2 Cró 32:7, 8; Ef 6:17,’ dice el Señor de los ejércitos. 7 ‘¿Quién eres tú, oh gran monte? Ante Zorobabel, te convertirás en llanuraA Sal 114:4, 6; Isa 40:4; Jer 51:25; Nah 1:5; Zac 14:4, 5; y él sacará la piedra clave entre aclamaciones de “¡Gracia, gracia a ellaB Esd 3:10, 11; Sal 84:11!” ’ ” 8 Y vino a mí la palabra del Señor: 9 “Las manos de Zorobabel han puesto los cimientos de esta casaA Esd 3:8-10; 5:16; Hag 2:18, y sus manos la acabarán. Entonces sabrán que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ustedesB Esd 6:14, 15; Zac 6:12, 13. 10 ¿Pues quién ha despreciado el día de las pequeñecesA Neh 4:2-4; Am 7:2, 5; Hag 2:3? Estos sieteB Zac 3:9; Apoc 8:2 se alegrarán cuando vean la plomadaC Am 7:7, 8 en la mano de Zorobabel; estos son los ojos del SeñorD 2 Cró 16:9; Prv 15:3; Jer 16:17 que recorren toda la tierraE Zac 1:10; Apoc 5:6.”

11 Entonces le pregunté: “¿Qué son estos dos olivos a la derecha y a la izquierda del candelabroA Zac 4:3; Apoc 11:4?” 12 Hablé por segunda vez, y le pregunté: “¿Qué son las dos ramas de olivo que están junto a los dos tubos de oro, que vierten de sí el aceite dorado?” 13 Y me respondió: “¿No sabes qué son éstos?” Y yo le contesté: “No, señor míoA Zac 4:4, 5.” 14 Entonces él dijo: “Estos son los dos ungidosA Ex 29:7; 40:15; 1 Sam 16:1, 12, 13; Isa 61:1-3; Dan 9:24-26 que están de pie junto al SeñorB Zac 3:1-7 de toda la tierraC Miq 4:13.”