1 Y vino a mí la palabra del Señor: 2 “Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo y dilesA Ezq 3:11; 33:12, 17, 30; 37:18: ‘Si Yo traigo una espada sobre un país, y la gente del país toma a un hombre de entre ellos y lo ponen de centinela, 3 y éste ve venir la espada sobre el país, y toca la trompeta y advierte al puebloA Neh 4:18-20; Isa 58:1; Ezq 33:9; Os 8:1; Joel 2:1, 4 y el que oye el sonido de la trompeta no se da por advertidoA 2 Cró 25:16; Jer 6:17; Zac 1:4, y viene una espada y se lo lleva, su sangre recaerá sobre su propia cabezaB Ezq 18:13; 33:5, 9; Hech 18:6. 5 Oyó el sonido de la trompeta pero no se dio por advertido; su sangre recaerá sobre él. Pero si hubiera hecho caso, habría salvado su vidaA Ex 9:19-21; Heb 11:7. 6 Pero si el centinela ve venir la espada y no toca la trompeta, y el pueblo no es advertido, y una espada viene y se lleva a uno de entre ellos, él será llevado por su iniquidad; pero Yo demandaré su sangre de mano del centinelaA Ezq 3:18, 20; 18:20, 24; 33:8, 9.’

7 “Y a ti, hijo de hombre, te he puesto por centinela de la casa de Israel; oirás, pues, la palabra de Mi boca, y les advertirás de Mi parteA Isa 62:6; Jer 1:17; 26:2; Ezq 2:7, 8; 3:17-21; Hech 5:20. 8 Cuando Yo diga al impío: ‘Impío, ciertamente morirás,’ si tú no hablas para advertir al impío de su camino, ese impío morirá por su iniquidad, pero Yo demandaré su sangre de tu manoA Isa 3:11; Ezq 18:4, 13, 18, 20; 33:14. 9 Pero si tú, de tu parte adviertes al impío para que se aparte de su caminoA Hech 13:40, 41, 46, y él no se aparta de su camino, morirá por su iniquidad, pero tú habrás librado tu vidaB Ezq 3:19, 21; Hech 20:26.

10 “Y tú, hijo de hombre, dile a la casa de Israel: ‘Así han hablado: “Ciertamente nuestras transgresiones y nuestros pecados están sobre nosotros, y por ellos nos estamos consumiendoA Lv 26:39; Ezq 4:17; 24:23; ¿cómo, pues, podremos vivirB Isa 49:14; Ezq 37:11?” ’ 11 “Diles: ‘Vivo Yo,’ declara el Señor DiosA Isa 49:18; Ezq 5:11 ‘que no me complazco en la muerte del impío, sino en que el impío se aparte de su camino y vivaB Ezq 18:23, 32; Os 11:8. Vuélvanse, vuélvanse de sus malos caminosC Jer 31:20; 1 Tim 2:4; 2 Ped 3:9. ¿Por qué han de morir, oh casa de IsraelD Isa 55:6, 7; Jer 3:22; Ezq 18:30, 31; Os 14:1; Hech 3:19?’

12 Y tú, hijo de hombre, dile a los hijos de tu pueblo: ‘La justicia del justo no lo salvará el día de su transgresiónA Ezq 3:18; 18:24; 33:20, y la maldad del impío no le será tropiezo el día que se aparte de su maldadB 2 Cró 7:14; Ezq 18:21; 33:19; como tampoco el justo podrá vivir por su justicia el día que peque.’ 13 Cuando Yo diga al justo que ciertamente vivirá, si él confía tanto en su justicia que hace iniquidad, ninguna de sus obras justas le será recordada, sino que por la misma iniquidad que cometió moriráA Ezq 18:26; Heb 10:38; 2 Ped 2:20, 21. 14 Pero cuando Yo diga al impío: ‘Ciertamente morirás,’ si él se aparta de su pecado y practica el derecho y la justiciaA Isa 55:7; Jer 18:7, 8; Ezq 18:27; 33:8, 19; Os 14:1, 4; Miq 6:8, 15 si el impío devuelve la prenda, restituye lo que ha robadoA Ex 22:1-4; Lv 6:4, 5; Luc 19:8, anda en los preceptos de vida sin cometer iniquidad, ciertamente viviráB Sal 119:59; 143:8; Ezq 20:11, no morirá. 16 Ninguno de los pecados que ha cometido le será recordado. El ha practicado el derecho y la justicia; ciertamente viviráA Isa 1:18; 43:25; Ezq 18:22.

17 “Pero los hijos de tu pueblo dicen: ‘No es recto el camino del Señor,’ pero es su propio camino el que no es recto. 18 Cuando el justo se aparta de su justicia y hace iniquidad, morirá por elloA Ezq 3:20; 18:24; 33:12, 13. 19 Pero cuando el impío se aparta de su maldad y practica el derecho y la justicia, vivirá por ello. 20 Sin embargo ustedes dicen: ‘No es recto el camino del Señor.’ Yo los juzgaré a cada uno de ustedes según sus caminos, oh casa de IsraelA Ezq 18:25.”

21 En el año duodécimo de nuestro destierro, a los cinco días del mes décimo, vino a mí un fugitivo de Jerusalén, diciendoA Ezq 31:1; 32:1, 17: “La ciudad ha sido tomadaB 2 Rey 25:10; Jer 39:1, 2, 8; 40:1; 52:4-7; Ezq 24:1, 2.” 22 Y la mano del Señor había venido sobre míA Ezq 1:3; 8:1; 37:1 la tarde antes de llegar el fugitivo. Y El abrió mi boca cuando aquél llegó a mí por la mañana; mi boca se abrió y dejé de estar mudoB Ezq 3:26, 27; 24:27; Luc 1:64.

23 Entonces vino a mí la palabra del Señor: 24 “Hijo de hombre, los que viven en estos lugares desoladosA Jer 39:10; 40:7; Ezq 33:27 de la tierra de Israel, dicen: ‘Uno solo era Abraham, y poseyó la tierraB Isa 51:2; Luc 3:8; Hech 7:5; Rom 4:12; así que a nosotros que somos muchos se nos ha dado la tierra en posesiónC Ezq 11:15.’ 25 Por tanto, diles: ‘Así dice el Señor Dios: “Ustedes comen carne con sangreA Lv 17:10, 12, 14; Dt 12:16, 23, alzan los ojos a sus ídolos mientras derraman sangreB Jer 7:9, 10. ¿Poseerán entonces la tierra? 26 Ustedes confían en su espada, cometen abominacionesA Miq 2:1, 2; Sof 3:3, cada uno contamina la mujer de su prójimo. ¿Poseerán entonces la tierra?” ’

27 “Así les dirás: ‘Así dice el Señor Dios: “Vivo Yo, que los que están en los lugares desolados caerán a espada, y los que están en campo abierto los entregaré a las fieras para ser devoradosA Jer 15:2, 3; 42:22; Ezq 5:12, y los que están en los refugios y en las cuevasB 1 Sam 13:6; Isa 2:19, de pestilencia morirán. 28 Convertiré la tierra en desolaciónA Ezq 5:14; 6:14; Miq 7:13 y en soledad, y cesará el orgullo de su poderB Ezq 7:24; 24:21; 30:6; los montes de Israel serán desolados, y nadie pasará por ellos. 29 Y sabrán que Yo soy el Señor, cuando Yo convierta la tierra en desolación y en soledad por todas las abominaciones que han cometido.” ’

30 “Pero en cuanto a ti, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo hablan de ti junto a los muros y en las entradas de las casas; hablan el uno al otro, cada cual a su hermano, diciendo: ‘Vengan ahora, y oigan cual es la palabra que viene del SeñorA Isa 29:13; 58:2; Ezq 14:3; 20:3, 31.’ 31 Y vienen a ti como viene el pueblo, y se sientan delante de ti como pueblo Mío, oyen tus palabras y no las cumplen sino que siguen los deseos sensuales expresados por su bocaA Sal 78:36, 37; Isa 29:13; 1 Jn 3:18, y sus corazones andan tras sus gananciasB Ezq 22:13, 27; Luc 12:15. 32 Y tú eres para ellos como la canción de amor de uno que tiene una voz hermosa y toca bien un instrumento; oyen tus palabrasA Mar 6:20, pero no las ponen en práctica. 33 Y cuando esto suceda, como ciertamente sucederá, sabrán que hubo un profeta en medio de ellosA Jer 28:9; Ezq 33:29.”