1 Al comienzo del reinado de Joacim, hijo de Josías, rey de JudáA 2 Rey 23:36; 2 Cró 36:4, 5, vino esta palabra del Señor: 2 “Así dice el Señor: ‘Ponte en el atrio de la casa del Señor, y habla a todas las ciudades de JudáA 2 Cró 24:20, 21; Jer 7:2; 19:14 que vienen a adorar en la casa del SeñorB Dt 12:5, todas las palabras que te he mandado decirlesC Jer 1:17; 42:4; Mat 28:20; Hech 20:20, 27. No omitas ni una palabraD Dt 4:2. 3 Tal vez escuchen y cada uno se vuelva de su mal camino, y Yo me arrepienta del mal que pienso hacerles a causa de la maldad de sus obrasA Isa 1:16-19; Jer 18:8; 36:3-7; Jon 3:8.’ 4 Tú les dirás: ‘Así dice el Señor: “Si no Me escuchanA Lv 26:14; 1 Rey 9:6; Isa 1:20; Jer 17:27; 22:5, para andar en Mi ley que he puesto delante de ustedesB Jer 32:23; 44:10, 23, 5 para que escuchen las palabras de Mis siervos los profetas que les he enviado repetidas veces1 Lit madrugando y enviando, pero no los han escuchadoA 2 Rey 9:7; Esd 9:11; Jer 7:13; 25:3, 4, 6 entonces pondré esta casa como SiloA Jos 18:1; 1 Sam 4:12; Sal 78:60, 61; Jer 7:12, 14, y esta ciudad la pondré por maldición para todas las naciones de la tierraB 2 Rey 22:19; Isa 65:15; Jer 24:9; 25:18.” ’ ”

7 Los sacerdotes, los profetasA Jer 5:31; Miq 3:11 y todo el pueblo oyeron a Jeremías decir estas palabras en la casa del Señor. 8 Cuando Jeremías terminó de decir todo lo que el Señor le había mandado que hablara a todo el pueblo, lo apresaron los sacerdotes, los profetasA Jer 11:19; 18:23; Lam 4:13, 14; Mat 21:35, 36; 23:34, 35; 27:20 y todo el pueblo, diciendo: “De cierto, morirás. 9 ¿Por qué has profetizado en nombre del Señor, diciendo: ‘Esta casa será como Silo y esta ciudad quedará desolada sin habitante algunoA Jer 9:11; 33:10?’ ” Y todo el pueblo se congregóB Hech 3:11; 5:12 contra Jeremías en la casa del Señor.

10 Cuando los jefes de Judá oyeron estas cosasA Jer 26:21, subieron de la casa del rey a la casa del Señor, y se sentaron a la entrada de la Puerta Nueva de la casa del SeñorB Jer 36:10. 11 Entonces los sacerdotes y los profetas hablaron a los jefes y a todo el pueblo, y les dijeron: “¡Sentencia de muerte para este hombreA Dt 18:20; Jer 18:23; Mat 26:66!, porque ha profetizado contra esta ciudad, como han oído con sus propios oídosB Jer 38:4; Hech 6:11-14.” 12 Entonces Jeremías habló a todos los jefes y a todo el pueblo, y les dijo: “El Señor me ha enviado a profetizar contra esta casa y contra esta ciudadA Jer 1:17, 18; 26:15; Am 7:15; Hech 4:19; 5:29 todas las palabras que han oído. 13 Ahora bien, enmienden sus caminos y sus obras, y obedezcan al Señor su Dios, y el Señor se arrepentirá del mal que ha pronunciado contra ustedesA Jer 7:3, 5; 18:8, 11; 26:3; 35:15; Joel 2:14; Jon 3:9; 4:2. 14 En cuanto a mí, estoy en sus manosA Jer 38:5; hagan de mí como mejor y más recto sea a sus ojos. 15 Pero sepan bien que si me matan, sangre inocente echarán sobre ustedes y sobre esta ciudad y sobre sus habitantesA Núm 35:33; Prv 6:16, 17; Jer 7:6; porque en verdad el Señor me ha enviado a ustedes para hablar en sus oídos todas estas palabras.”

16 Entonces los jefes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: “Que no haya sentencia de muerte para este hombreA Jer 26:11; 36:19, 25; 38:7, 13; Hech 5:34-39; 23:9, 29; 25:25; 26:31, porque en nombre del Señor nuestro Dios nos ha hablado.” 17 Y se levantaronA Hech 5:34 algunos de los ancianos del país y hablaron a toda la asamblea del pueblo, y dijeron: 18 “Miqueas de Moréset1 Lit Micaías el morastita profetizó en días de Ezequías, rey de JudáA Miq 1:1, y habló a todo el pueblo de Judá: ‘Así ha dicho el Señor de los ejércitos:

20 Hubo también un hombre que profetizó en el nombre del Señor, Urías, hijo de Semaías de Quiriat JearimA Jos 9:17; 1 Sam 6:21; 7:2. El profetizó contra esta ciudad y contra esta tierra palabras semejantes a todas las de Jeremías. 21 Cuando el rey Joacim y todos sus valientes y todos los jefes oyeron sus palabras, el rey procuró matarloA 2 Cró 16:10; 24:21; Jer 36:26; Mat 14:5; pero Urías se enteró, tuvo miedo, huyóB 1 Rey 19:2-4; Mat 10:23 y se fue a Egipto. 22 Entonces el rey Joacim envió hombres a Egipto: a Elnatán, hijo de Acbor, y a otros hombres con él, a EgiptoA Jer 36:12. 23 Y trajeron a Urías de Egipto y lo llevaron al rey Joacim, quien lo mató a espadaA Jer 2:30 y echó su cadáver a la fosa común1 Lit en las sepulturas de los hijos del pueblo.

24 Pero la mano de Ahicam, hijo de Safán, estaba con JeremíasA 2 Rey 22:12-14; Jer 39:14; 40:5-7, de manera que no fue entregado en manos del pueblo para que le dieran muerteB 1 Rey 18:4; Jer 1:18, 19.