1 La palabra que vino a Jeremías para todos los Judíos que moraban en la tierra de Egipto, los que moraban en Migdol, en TafnesA Jer 43:7; Ezq 30:18, en Menfis1 O NofB Ex 14:2; Isa 19:13; Jer 2:16; 46:14; Ezq 30:13, 16; Os 9:6 y en la tierra de PatrosC Isa 11:11; Ezq 29:14; 30:14: 2 “Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘Ustedes han visto toda la calamidad que he traído sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá, y que hoy están en ruinas y que en ellas no hay moradorA Isa 6:11; Jer 4:7; 9:11; 34:22; Miq 3:12 alguno, 3 a causa de la maldad que ellos cometieronA Neh 9:33; Jer 2:17-19; 44:23; Ezq 8:17, 18; Dan 9:5 para provocarme a iraB Isa 3:8; Jer 7:19; 32:30-32; 44:8, quemando constantemente sacrificios1 O incienso, y así en el resto del cap y sirviendo a otros dioses que no habían conocido, ni ellos, ni ustedes, ni sus padresC Dt 13:6; 29:26; 32:17; Jer 19:4. 4 Con todo, les envié a todos Mis siervos los profetas repetidas veces1 Lit madrugando y enviandoA Jer 7:13, 25; 25:4; 26:5; 29:19; 35:15; Zac 7:7, diciéndoles: “No hagan ahora esta cosa abominable que Yo aborrezcoB Jer 16:18; 32:34, 35; Ezq 8:10.” 5 ‘Pero no escucharon ni prestaron atención para apartarse de su maldad, para dejar de quemar sacrificios a otros diosesA Jer 11:8, 10; 13:10. 6 Por tanto, se derramó Mi ira y Mi furor y ardió en las ciudades de Judá y en las calles de JerusalénA Isa 51:17-20; Jer 42:18; Ezq 8:18, que fueron convertidas en ruinas y en desolaciónB Jer 4:27; 7:17, 34; 34:22, como lo están hoy.

7 Ahora pues, así dice el Señor Dios de los ejércitos, el Dios de Israel: “¿Por qué ustedes se hacen un daño tan grande a sí mismosA Núm 16:38; Jer 26:19; Ezq 33:11; Hab 2:10 cortando de entre ustedes a hombre y mujer, niñoB Jer 3:24; 9:21; 51:22 y lactante de en medio de Judá, sin que les quede remanente, 8 provocándome a ira con la obra de sus manos, quemando sacrificios a otros diosesA 2 Rey 17:15-17; Jer 25:6, 7; 44:3; 1 Cor 10:21, 22 en la tierra de EgiptoB Jer 7:9; 11:12, 17; 44:3; Os 4:13; Hab 1:16, adonde han entrado a residir, de modo que sean exterminados y vengan a ser maldición y oprobio entre todas las naciones de la tierraC 1 Rey 9:7, 8; 2 Cró 7:20; Jer 42:18? 9 ¿Han olvidado las maldades de sus padres, las maldades de los reyes de Judá y las maldades de sus mujeres, las propias maldades de ustedes y las maldades de sus mujeres, que cometieron en la tierra de Judá y en las calles de JerusalénA Jer 7:9, 10, 17, 18; 44:17, 21? 10 Pero hasta hoy no se han humillado1 Lit quebrantadoA Jer 6:15; 8:12, ni han temido, ni han andado en Mi ley ni en Mis estatutos que puse delante de ustedesB Jer 26:4; 32:23; 44:23 y delante de sus padres.” ’

11 “Por tanto, así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘Yo volveré el rostro contra ustedes para malA Lv 17:10; 20:5, 6; 26:17; Jer 21:10; Am 9:4, y para destruir a todo Judá. 12 Quitaré el remanente de Judá que ha decidido1 Lit puesto su rostro para entrar en la tierra de Egipto para residir allí, y serán acabados en la tierra de Egipto; caerán a espada, por el hambre serán acabadosA Jer 42:15-18, 22. Tanto el pequeño como el grande morirán a espada y de hambreB Isa 1:28; Jer 16:4; 44:7. Serán motivo de maldición, de horror, de imprecación y de oprobioC Isa 65:15; Jer 18:16; 24:9; 26:6; 29:18; 42:18; Zac 8:13. 13 Castigaré a los que moran en la tierra de Egipto, como he castigado a Jerusalén, con espada, con hambreA Jer 11:22; 44:27, 28 y con pestilencia. 14 Así que no quedará quien escape ni quien sobreviva del remanente de Judá que ha entrado en la tierra de EgiptoA Jer 22:10; 44:27 para residir allí, para luego volver a la tierra de Judá a la cual anhelan volver1 Lit levantan su alma a fin de morar allíB Jer 22:26, 27, porque ninguno volveráC Isa 4:2; 10:20; Jer 44:28; Rom 9:27, excepto unos pocos fugitivos.’ ”

15 Entonces todos los hombres que sabían que sus mujeres quemaban sacrificios a otros dioses, junto con todas las mujeres que estaban presentes, una gran multitud, y todo el puebloA Prv 11:21; Isa 1:5; Jer 5:1-5 que moraba en la tierra de Egipto, en Patros, respondieron a Jeremías: 16 “En cuanto al mensaje1 Lit a la palabraA Jer 43:2 que nos has hablado en el nombre del Señor, no vamos a escucharteB Prv 1:24-27; Jer 11:8, 10; 13:10, 17 sino que ciertamente cumpliremos toda palabra que ha salido de nuestra bocaA Núm 30:12; Dt 23:23, y quemaremos1 O para quemar sacrificios a la reina del cieloB 2 Rey 17:16; Jer 7:18, derramándole libaciones, como hacíamos nosotros, nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes en las ciudades de Judá y en las calles de JerusalénC Neh 9:34; Jer 32:32; 44:21. Entonces teníamos bastante alimento2 Lit panD Ex 16:3; Os 2:5-9; Fil 3:19, prosperábamos y no veíamos mal alguno. 18 Pero desde que dejamos de quemar sacrificios a la reina del cielo y de derramarle libaciones, carecemos de todoA Núm 11:5, 6; Jer 40:12; Mal 3:13-15, y por la espada y por el hambre hemos sido acabados.” 19 Y las mujeres dijeron: “Cuando nosotras quemábamos sacrificios a la reina del cieloA Jer 7:18 y le derramábamos libaciones, ¿acaso no sabían nuestros maridosB Núm 30:6, 7; Jer 44:15 que le hacíamos tortas con su imagen1 Lit para hacer una imagen de ella y le derramábamos libaciones?”

20 Entonces Jeremías habló a todo el pueblo, a hombres y a mujeres, a todo el pueblo que así le respondía: 21 “En cuanto a los sacrificios que han quemado en las ciudadesA Ezq 8:10, 11 de Judá y en las calles de JerusalénB Jer 11:13; 44:9, 17, ustedes y sus padres, sus reyes y sus príncipes y el pueblo de la tierra, ¿no se ha acordado el Señor de ellos, y no ha venido esto a Su mente1 Lit corazónC Sal 79:8; Isa 64:9; Jer 14:10; Os 7:2; Am 8:7? 22 El Señor no pudo soportar más, a causa de la maldad de las obrasA Isa 7:13; 43:24; Mal 2:17 de ustedes y a causa de las abominaciones que habían cometidoB Jer 4:4; 21:12; 30:14. Por eso su tierra fue convertida en ruinas, en objeto de horror y maldición, sin habitantesC Gn 19:13; Sal 107:33, 34; Jer 25:11, 18, 38; 29:18; 42:18; 44:12, como está hoy. 23 Porque ustedes quemaron sacrificios y pecaron contra el Señor y no obedecieron la voz del Señor ni anduvieron en Su leyA Sal 119:136, 150; Jer 44:10, ni en Sus estatutos, ni en Sus testimonios, por tanto, les ha sobrevenido esta calamidadB Jer 7:13-15; 40:3, como sucede hoyC 1 Rey 9:9; Neh 13:18; Jer 44:2; Dan 9:11, 12.”

24 Entonces Jeremías dijo a todo el pueblo y a todas las mujeres: “Oigan la palabra del SeñorA Jer 43:7; 44:15, 26, todo Judá, los que están en la tierra de EgiptoB Jer 42:15; 44:16: 25 “Así dice el SeñorA Jer 44:17; Mat 14:9; Hech 23:12 de los ejércitos, el Dios de Israel1 Lit Israel, diciendo: ‘Ustedes y sus mujeres han hablado con su boca y lo han realizado con sus manos, diciendo: “Ciertamente cumpliremos los votos que hemos hecho de quemar sacrificios a la reina del cielo y de derramarle libacionesB Ezq 20:39.” ¡Vayan a cumplir2 Lit Ciertamente afirmen sus votos! ¡Pongan por obra sus votos!’

26 Pero1 Lit Por tanto oigan la palabra del Señor, todo Judá, los que habitan en la tierra de Egipto: ‘He jurado por Mi gran nombre,’ dice el SeñorA Gn 22:16; Dt 32:40, 41; Jer 22:5; Am 6:8; Heb 6:13, ‘que nunca más será invocado Mi nombreB Sal 50:16; Ezq 20:39 en toda la tierra de Egipto por boca de ningún hombre de Judá, diciendo: “Vive el Señor Dios2 Heb YHWH, generalmente traducido SeñorC Isa 48:1, 2; Jer 5:2.” 27 ‘Pues Yo velo sobre ellos para mal y no para bienA Jer 1:10; 31:28; 39:16, y serán acabados todos los hombres de Judá que están en la tierra de Egipto por la espada y por el hambre hasta que sean totalmente exterminados1 Lit lleguen a su finB 2 Rey 21:14; Jer 44:14. 28 Y los que escapen de la espada, pocos en número1 Lit hombres contados, volverán de la tierra de Egipto a la tierra de JudáA Jer 44:14. Entonces sabrá todo el remanente de Judá que ha ido a la tierra de EgiptoB Isa 10:19; 27:12, 13 para residir allí, qué palabra ha de permanecer, si la MíaC Sal 33:11; Isa 14:27; 46:10, 11; Zac 1:6 o la de ellos. 29 Y ésta será la señal para ustedes,’ declara el SeñorA Isa 7:11, 14; 8:18; Jer 44:30; Mat 24:15, 16, 32, ‘de que los voy a castigar en este lugar, para que sepan que ciertamente Mis palabras permaneceránB Prv 19:21; Isa 40:8 para mal contra ustedes.’ 30 “Así dice el Señor: ‘Voy a entregar a Faraón Hofra, rey de Egipto, en manos de sus enemigos, en manos de los que buscan su vida, así como entregué a Sedequías, rey de Judá, en manos de Nabucodonosor, rey de BabiloniaA Jer 43:9-13; 46:25; Ezq 29:3; 30:21, su enemigo, que buscaba su vidaB 2 Rey 25:4-7; Jer 34:21; 39:5-7.’ ”