1 Entonces vino a mí la palabra del Señor: 2 “Hijo de hombre, haz saber a Jerusalén sus abominacionesA Isa 58:1; Ezq 20:4; 22:2, 3 y di: ‘Así dice el Señor Dios a Jerusalén: “Por tu origen y tu nacimiento eres de la tierra del Cananeo, tu padre era Amorreo y tu madre Hetea. 4 En cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu cordón umbilical, ni fuiste lavada con agua para limpiarte; no fuiste frotada con sal, ni envuelta en pañalesA Os 2:3. 5 Ningún ojo se apiadó de ti para hacer por ti alguna de estas cosas, para compadecerse de ti; sino que fuiste echada al campo abiertoA Dt 32:10, porque fuiste aborrecida el día en que naciste.

6 Yo pasé junto a ti y te vi revolcándote en tu sangre. Mientras estabas en tu sangre, te dije: ‘¡Vive!’ Sí, te dije, mientras estabas en tu sangre: ‘¡Vive!’ 7 Te hice tan numerosa como la hierba del campoA Ex 1:7; Dt 1:10. Y creciste, te hiciste grande y llegaste a la plenitud de tu hermosura. Se formaron tus pechos y creció tu pelo, pero estabas desnuda y descubierta. 8 Entonces pasé junto a ti y te vi, y tu tiempo era tiempo de amoresA Rut 3:9; Jer 2:2; extendí Mi manto sobre tiB Gn 22:16-18 y cubrí tu desnudez. Te hice juramento y entré en pacto contigoC Ex 24:7, 8, y fuiste MíaD Ex 19:5; Ezq 20:5; Os 2:19, 20,” declara el Señor Dios. 9 “Te lavé con agua, te limpié la sangre y te ungí con aceiteA Rut 3:3. 10 Te vestí con tela bordada y puse en tus pies sandalias de piel de marsopa; te envolví con lino fino y te cubrí con sedaA Ex 26:36; Ezq 16:13, 18; 26:16; 27:7, 16. 11 Te engalané con adornos, puse brazaletes en tus manos y un collarA Gn 24:22, 47; Isa 3:19; Ezq 23:42 a tu cuelloB Gn 41:42; Prv 1:9. 12 Puse un anillo en tu narizA Gn 24:47; Isa 3:21, pendientes en tus orejas y una hermosa corona en tu cabezaB Isa 28:5; Jer 13:18; Ezq 16:14. 13 Estabas adornada con oro y plata, y tu vestido era de lino fino, seda y tela bordadaA Sal 45:13, 14; Ezq 16:17. Comías flor de harina, miel y aceite; eras hermosa en extremo y llegaste a la realezaB 1 Sam 10:1; 1 Rey 4:21. 14 Entonces tu fama se divulgó entre las nacionesA 1 Rey 10:1, 24 por tu hermosura, que era perfecta, gracias al esplendor que Yo puse en ti,” declara el Señor DiosB Sal 50:2; Lam 2:15.

15 “Pero tú confiaste en tu hermosura, te prostituiste a causa de tu fama y derramaste tus prostituciones a todo el que pasabaA Ezq 16:25; 27:3, fuera quien fueraB Isa 57:8; Jer 2:20. 16 Tomaste algunos de tus vestidos y te hiciste lugares altos de varios colores, y te prostituiste en ellos, cosa que nunca debiera haber sucedido ni jamás sucederá. 17 Tomaste también tus bellas joyasA Ezq 16:11, 12 de oro y de plata que Yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombres para prostituirte con ellas. 18 Tomaste tu tela bordada y las cubriste, y ofreciste ante ellas Mi aceite y Mi incienso. 19 También te di Mi pan, la flor de harina, el aceite y la miel con que Yo te alimentaba, y lo ofrecíasA Os 2:8 ante ellas como aroma agradable. Así sucedió,” declara el Señor Dios. 20 “Tomaste además a tus hijos y a tus hijas que habías dado a luz para MíA Ex 13:2, 12; Dt 29:11, 12, y se los sacrificaste como alimentoB Sal 106:37, 38; Jer 7:31; Ezq 20:31; 23:37. ¿Acaso eran poca cosa tus prostituciones, 21 para que mataras a Mis hijosA Ex 13:2 y se los ofrecieras a los ídolos, haciéndolos pasar por fuegoB 2 Rey 17:17; Jer 19:5? 22 Y en todas tus abominaciones y prostituciones no te acordaste de los días de tu juventudA Jer 2:2, cuando estabas desnuda y descubierta y revolcándote en tu sangre.

23 Y después de toda tu maldad (‘¡Ay, ay de ti!’ declara el Señor Dios,) 24 te edificaste un santuario y te hiciste un lugar altoA Sal 78:58; Isa 57:7; Jer 11:13; Ezq 16:31, 39; 20:28, 29 en todas las plazas. 25 En toda cabecera de caminoA Prv 9:14 te edificaste tu lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura. Te entregaste a todo el que pasaba y multiplicaste tu prostitución. 26 También te prostituiste a los Egipcios, tus vecinos de cuerpos robustos, y multiplicaste tu prostitución para provocarme a iraA Jer 7:18, 19; Ezq 8:17. 27 Y Yo extendí Mi mano contra ti y disminuí tus raciones. Y te entregué al deseo de las que te odiaban, las hijas de los Filisteos, que se avergonzaban de tu conducta deshonestaA Isa 9:12; Ezq 16:57. 28 Además, te prostituiste a los Asirios porque no te habías saciado; te prostituiste a ellos y ni aun entonces te saciasteA 2 Rey 16:7, 10-18; 2 Cró 28:16, 20-23; Jer 2:18, 36; Ezq 23:12; Os 10:6. 29 También multiplicaste tu prostitución en la tierra de los mercaderes, Caldea, y ni aun con esto te saciaste.” ’ ”

30 “¡Qué débil es tu corazón,” declara el Señor Dios, “cuando haces todas estas cosasA Prv 9:13; Isa 1:3; Jer 4:22, las acciones de una ramera desvergonzadaB Isa 3:9; Jer 3:3! 31 Cuando edificaste tu santuario en toda cabecera de camino y te hiciste tu lugar alto en cada plaza, al despreciar la pagaA Isa 52:3, no eras como la ramera. 32 ¡Mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a extraños! 33 A todas las rameras les dan regalos, pero tú dabas regalos a todos tus amantes y los sobornabas para que vinieran a ti de todas partes para tus prostitucionesA Isa 57:9; Ezq 16:41; Os 8:9, 10. 34 En tus prostituciones eras distinta de las otras mujeres: nadie te solicitaba para fornicar; tú dabas la paga, pero a ti ninguna paga se te daba. Eras distinta.”

35 Por tanto, ramera, oye la palabra del Señor. 36 Así dice el Señor Dios: “Por cuanto fue derramada tu lascivia y descubierta tu desnudez en tus prostituciones con tus amantes y con todos tus detestables ídolos, y a causa de la sangre de tus hijos que les ofrecisteA Jer 19:5; Ezq 20:31; 23:37, 37 por tanto, Yo reuniré a todos tus amantes con quienes te gozaste, a todos los que amasteA Jer 13:22, 26; Ezq 23:9, 22; Os 2:3, 10; Nah 3:5, 6 y a todos los que aborreciste; los reuniré de todas partes contra ti, descubriré tu desnudezB Ezq 23:17, 28 ante ellos y ellos verán toda tu desnudezC Isa 47:3. 38 Te juzgaré como son juzgadas las adúlteras y las que derraman sangreA Ezq 23:45, y traeré sobre ti sangre de furor y de celosB Sal 79:3, 5; Jer 18:21; Ezq 23:25; Sof 1:17. 39 También te entregaré en manos de tus amantes y ellos derribarán tus santuarios, destruirán tus lugares altos, te despojarán de tus vestidos, te quitarán tus bellas joyasA Ezq 23:26; Os 2:3 y te dejarán desnuda y descubierta. 40 Provocarán contra ti a una multitud, y te apedrearán y te harán pedazos con sus espadasA Ezq 23:47; Hab 1:6-10. 41 Prenderán fuego a tus casasA 2 Rey 25:9; Jer 39:8; 52:13 y ejecutarán juicios contra ti a la vista de muchas mujeresB Ezq 23:48. Entonces haré que dejes de ser ramera y no darás más paga a tus amantes. 42 Desahogaré Mi furor en ti; Mis celos se apartarán de ti, me apaciguaréA 2 Sam 24:25; Ezq 5:13; 21:17; Zac 6:8 y no me enojaré másB Isa 40:1, 2; 54:9, 10; Ezq 39:29. 43 Por cuanto no te has acordado de los días de tu juventudA Sal 78:42; 106:13; Ezq 16:22, sino que Me has irritado con todas estas cosas, también Yo haré recaer tu conducta sobre tu cabeza,” declara el Señor Dios, “para que no cometas esta lascivia con todas tus otras abominacionesB Isa 63:10; Ezq 6:9; 11:21; 22:31.”

44 “Todo aquél que cita proverbios repetirá este proverbio acerca de tiA 1 Sam 24:13; Ezq 12:22, 23; 18:2, 3: ‘De tal madre, tal hija.’ 45 Eres hija de tu madreA Ezq 23:2 que aborreció a su marido y a sus hijosB Isa 1:4; Ezq 23:37-39; Zac 11:8, y hermana de tus hermanas que aborrecieron a sus maridos y a sus hijos. Su madre era Hitita y su padre Amorreo. 46 Tu hermana mayor es SamariaA Jer 3:8-11; Ezq 23:4 que con sus hijas (sus aldeas) habita al norte de ti, y tu hermana menor es Sodoma que habita al sur de ti con sus hijasB Gn 13:10-13; 18:20; Ezq 16:48, 49, 53-56, 61. 47 Pero no sólo has andado en sus caminos y has hecho según sus abominacionesA 1 Rey 16:31, sino que, como si eso fuera muy poco, te has corrompido más que ellas en todos tus caminosB 2 Rey 21:9; Ezq 5:6; 16:48, 51.

48 “Vivo Yo,” declara el Señor Dios, “que tu hermana SodomaA Mat 10:15; 11:23, 24 y sus hijas no han hecho como tú y tus hijas han hecho. 49 Pues ésta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: arroganciaA Gn 19:9; Sal 138:6; Isa 3:9; Ezq 28:2, 9, 17, abundancia de panB Gn 13:10; Isa 22:13; Am 6:4-6 y completa ociosidadC Luc 12:16-20; 16:19 tuvieron ella y sus hijas; pero no ayudaron al pobre ni al necesitadoD Ezq 18:7, 12, 16, 50 y se enorgullecieron y cometieron abominaciones delante de MíA Gn 13:13; 18:20; 19:5. Y cuando lo vi las hice desaparecerB Gn 19:24, 25. 51 Ni aún Samaria ha cometido ni la mitad de tus pecados, pues tú has multiplicado tus abominaciones más que ellas, y has hecho aparecer justas a tus hermanas con todas las abominaciones que has cometidoA Jer 3:8-11. 52 También tú, carga con tu ignominia ya que has hecho que se hagan juicios favorables de tus hermanas. A causa de tus pecados, en los que obraste en forma más abominable que ellas, ellas son más justas que tú. Tú pues, avergüénzate también y carga con tu ignominia, ya que hiciste que tus hermanas parecieran justasA Ezq 16:47, 48, 51.

53 “Y cambiaré su suerte, la suerte de Sodoma y de sus hijas, la suerte de Samaria y de sus hijas, y junto con ellas, tu propia suerte, 54 para que cargues con tu humillación y te avergüences de todo lo que has hechoA Jer 2:26 cuando seas consuelo para ellasB Ezq 14:22, 23. 55 Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su estado anterior; también tú y tus hijas volverán a su estado anterior. 56 El nombre de tu hermana Sodoma no era mencionado en tu boca el día de tu soberbia, 57 antes que fuera descubierta tu maldadA Ezq 16:36, 37. Como ella, tú has venido a ser el oprobio de las hijas de Edom, de todas sus vecinas y de las hijas de los Filisteos que te desprecian por todos ladosB 2 Rey 16:5-7; 2 Cró 28:5, 6, 18-23; Ezq 5:14, 15; 22:4. 58 Llevas sobre ti el castigo de tu lascivia y de tus abominaciones,” declara el SeñorA Ezq 23:49. 59 Porque así dice el Señor Dios: “Yo haré contigo como has hecho tú, que has despreciado el juramento violando el pactoA Isa 24:5; Ezq 17:19.

60 “Sin embargo, Yo recordaré Mi pacto contigo en los días de tu juventud, y estableceré para ti un pacto eternoA Isa 55:3; Jer 32:38-41; Ezq 37:26. 61 Entonces te acordarás de tus caminos y te avergonzarás cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú; y te las daré por hijas, pero no por causa de tu pactoA Jer 50:4, 5; Ezq 6:9. 62 Estableceré Mi pacto contigoA Ezq 20:37; 34:25; 37:26; y sabrás que Yo soy el SeñorB Jer 24:7; Ezq 20:43, 44; 63 para que recuerdes y te avergüencesA Ezq 36:31, 32; Dan 9:7, 8, y nunca más abras la bocaB Sal 39:9; Rom 3:19 a causa de tu humillación, cuando Yo te haya perdonado por todo lo que has hechoC Sal 65:3; 78:38; 79:9,” declara el Señor Dios.